septiembre 29, 2003

Sábado Distrito Federal.

Decidí quedarme en la cama hasta que me dolió la espalda. Me levanté, fui a la tintorería a recoger ropa y la tintorera (mujer que atiende tintorería) tenía un cabestrillo en el brazo. Le pregunté en un tono amable, sorprendido y cortés, que le había pasado, a lo que me dio la respuesta corta y políticamente correcta de: “Tuve un accidente y me lastimé el brazo”. Duh! Yo pensé que se había puesto el cabestrillo de pura onda, pero obviamente ella no quería tener esa conversación conmigo. Me dio mi ropa, me dijo que mis jeans negros todavía no estaban teñidos y me fui. Tal vez debí de haberme despedido con un “Que se mejore” o algo así, pero el lazo no es tan fuerte. Luego me arrepentí, y pensé que en realidad deseo que se mejore, aunque ella no lo sepa.

Luego me senté a ver unos minutos de Back to the Future, en lo que nos íbamos. Hubo comida familiar en casa de mi tía Irma, por que mi tío Nacho se regresa a Puerto Rico. Como cada año él viene a principios de Julio para el cumpleaños de mi abuelita y se queda un par de meses.

Antes pasamos al super a comprar una botella de tequila y luego nos enfrentamos a un tráfico de aquellos sabrosos.

En la comida estaba toda la familia de mi mamá, incluyendo a mi hermano su esposa y mi sobrina que voló de brazos en brazos mientras todas mis tías y primas la magullaban.

Hubo suficiente comida, rajas, arrocito, y un Mixiote de Carnero de alta cocina. Comimos y bebimos como si no hubiera día de ayer. El tema de la tarde y objeto de la mayoría de los brindis fue el alcoholimetro que es una amenaza real para mis primos, que ah como chupan. Estuvo bien.

Ya como a las 10 partí con mi hermana a la casa del Verde a otra de sus acostumbradas tertulias, obedeciendo, por supuesto, a mi habilidad natural de ser el primero en llegar a las fiestas.

No tardo mucho en llenarse de gente, e incluso hubo un momento digno de felicitación, donde el público femenino era mayor al masculino, eso no cualquiera.

Vi gente familiar, y extraños que finalmente no lo fueron y aparte tenían buenos gustos musicales.

Plácido Domingo.

Raro, por que no me levante de malas. Me quedé todo el día leyendo un libro llamado “Inteligencia Emocional” y medio preparando un resumen-reporte-ensayo para el posgrado. Tiene algunos conceptos interesantes, pero hoy no los voy a discutir.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *