Archivos de agosto, 2022

Ruido Blanco

agosto 11, 2022

Llevo casi 8 años viviendo en el mismo departamento.

El departamento tiene 3 recámaras, y cuando me mudé elegí la que es mi habitación por que es la que tiene la ventana mas grande y hasta un balconcito.

Esa misma ventana da a espaldas de una escuela secundaria. Así que durante horario escolar se escucha como zoologico, y los honores a la bandera de los lunes me dicen que ya se me hizo tarde.

En general tolero los sonidos de la escuela, excepto cuando hay algun festival. La voz en el micrófono del director diceindo cosas como «Un aplauso para el ballet del tercero B», o cantando el himno sobre la banda sonora, si me pone los nervios de punta.

Ahora es verano y están de vacaciones, agradezco el silencio. Además que durante los dos años de pandemia sin clases también fue una buena época.

Mi recámara da pared con pared a la Sala de mis vecinos. Y un par de veces me ha tocado fiesta en el oído. Han sido muy contadas y creo en el derecho de la fiesta del vecino (En fin de semana).

Otra recámara, que no tiene ventana a la escuela secundaria, la convertí en mi oficina. También paso mucho tiempo ahi. Y he descubierto que da pared con pared con la recámara de otro de mis vecinos. El vecino que le gusta poner Harry Potter a media noche en su tele nomás por que puede.

La tercer recamara, está en la esquina de un edificio. No hay vecinos detrás de las paredes (ni adentro, espero). Pero justamente da a la esquina donde el camión de basura se para a hacer las recolecciones 3 veces por semana a las pinches 12:30 de la madrugada.

Ese cuarto es donde recibo a las visitas, y mas de una ha de haber pegado un brinco hasta el techo con semejante escándalo.

De los vecinos de arriba, me han tocado desde la mujer que anda en tacones a todas horas. O los que tenían un perro que mas bien parecia caballo. Aunque para ser justos el vecino actual me ha tocado muy tranquilo.

Hora de dormir

Bazar de Viejo

agosto 08, 2022

El año pasado el municipio de León decidió mover su feria, que normalmente se hace en febrero, al verano. La razón: por supuesto el covid y demás.

Este año la feria regresó a su programación invernal regular, y además para mi sorpresa les gustó eso de la Feria en verano y organizaron otra en estos días.

En el tiempo que llevo aquí he ido un par de veces a la Feria, no hay mucho que me entusiasme que compense los tumultos. Pero la semana pasada vi anunciado que dentro de la feria iba a haber un bazar de viejo, o «vintage» para los cuates.

Decidí que era un buen pretexto para salir de mi casa y que me diera el aire, que buena falta me hace. Eso si, fui temprano para evitar a las multitudes en la medida de lo posible.

La gran mayoría de los puestos, como era de esperarse era de chacharitas que la gente tenía arrumbada en algun lado y que la gente espera que la nostalgia y el tiempo les aumente el precio.

Muchos stands eran los clásicos «juguetes» sueltos o en pedazos. Había otros con la audacia de vender CD’s o DVD’s. Que rápido se acabo la moda del formato físico.

Algo que si me sorprendió fue que en algunos puestos encontré trading cards, nada que valiera la pena, la mayoría eran PepsiCards, pero ciertamente una sorpresa.

Otra cosa que me hizo levantar la ceja fue el album de estampas de «Disneylandia» que coleccionamos a mitad de los 80’s. $750 pesos era el precio de tal nostalgia.

Otro hallazgo fue una bata de dormir, muy parecida a la usada por el Tata y similar al modelo que también usó mi papá por muchos años. Valió algunas risas en el grupo del Whatsapp de la familia.

Una parte del bazar estaba ocupado por puestos con montón de carritos tipo Matchbox o Hot Wheels. Me sigue sorprendiendo que tenga tanta banda tan apasionada localmente. Pero me caen bien todos los que tienen una pasión de esas.

Lo único que compré fue una moneda de $200 pesos conmemorativa del mundial de México 86. Pagué 30 pesos, creo que fue un buen deal.

 

Cocoles para todos!

Cocoles para todos!