El fin de semana comenzó en viernes (como todos).
Con respecto a mi subordinado, empleado, esclavo, chalán, colaborador, etc. ahí va la cosa. Me empiezo a explicar el por que me dieron a mi el puesto y no a el.
Le explico, «…mira, resulta que hay que manejar estas bases de datos así, hay que obtener esto acá, calcular esto y finalmente tomar este resultado… ¿cómo ves?» el dice OK, y se queda varios minutos como zombie frente a mi. No se como que le falta un botón de «Enter» en algún lado, pero bueno, las cosas van saliendo.
También me pagaron, mi quincena por nomina. Me caga que me paguen en viernes antes de la quincena, estirarla por 3 fines de semana es heroico. Afortunadamente mis planes eran bastante pránganas.
Entre otras cosas reservé el hotel para el Maufest 04, escribí algunos mails, mandé las tiras, me hice wey, en fin, lo usual de un viernes.
Al salir me vi con Rosa para tomar un café, ya que anda con problemas de trabajo que se la traen mal de ánimo y salud. Platicamos un buen rato, creo que se distrajo. También me dejó pensando acerca del pleito entre mi actitud racional vs lo emocional. Básicamente me dijo que me estoy haciendo wey, que por ahí no es. Yo aún no se, creo que me ha funcionado, o al menos quiero creerlo, ese es el detalle. There is no such thing as an emotional comfort zone.
De ahí discutimos que hacer o adonde ir, pero pretextos como que ella no iba lo suficientemente fashion para la condesa, que yo iba muy fresa para un club darketo, o que de plano yo no me iba a parar en un bar gay ni ella iba a escuchar jazz, se nos acababan las ideas.
Acabamos viendo si podía conseguir un regalo para el cumpleaños de mi madre en un Sangron?s. Le dije que a mi madre le gustaba mucho leer y ella me sugirió varios libros.
Yo casi no leo, y menos de lo que le gusta a mi madre. Y aparte no me gusta regalar un libro al tanteo, siento que regalar un libro es demasiado significativo, que quien te regala un libro te esta mandando un mensaje directo, tengo que leer antes lo que regalo y como casi no leo, esto es un problema. Casi nunca regalo libros.
Así que le regalé un ecuánime ramo de flores.
El sábado me levante temprano, cheil!. Mi hermano se cambió de casa y fui seleccionado por una computadora para ir a hacer el paro. Primero fui a recoger la comida. Y luego un intento fallido de cortarme el pelo. Pero el peluquero no abrió.
Según yo la peluquería abría a las 9:30 am, pero esperé hasta las 10:30 y nada. Mientras esperaba platique de pendejaditas varias con un ñor que igual había madrugado para ir a cortarse el pelo. A dos locales de la peluquería había una estética que abrió desde las 9 am el señor estaba de acuerdo conmigo, que no hay nada como una peluquería, incluso me contó que un día había ido al mercado de villa coapa y quedo como chayote. Je.
Llegue pues a casa de mi hermano y ya habían cargado el primer camión. Igual no me salve de la madriza. El nuevo departamento está en un quinto piso, sin elevador. Si bien, mucho mas grande que el otro, que parecía caja de zapatos, no se donde metía tanta madre.
Refri, sillones, lavadora, secadora, TV’s, camas y un pinche mueble mounstroso. Solo falto el piano. Al final acabamos bastante madreados viendo el futbol. Llegue a mi casa y caí como plomo.
Hoy domingo me levante y todo mi cuerpo se quejaba, no se si de la madriza de ayer o de las 11 horas que dormí. Vi muy contento como Pumas hizo lo que tenía que hacer con el cruz azul, y como se avecina un clásico familiar, Pumas-chivas.
A media tarde mi madre me adelanto mi regalo de cumpleaños y se puso la del puebla con unos lentes, los acepté con gracia. Acabamos familiar, viendo una película del Blockbuster.
A estas alturas de domingo el cuerpo ya no se queja tanto y la quincena sobrevivió al fin de semana. Así que no estuvo tan mal.