Post de 45 minutos, (o lo que es lo mismo pensamientos e incoherencias al azar no premeditadas)
Tengo el arbolito de Navidad del piso, justo en frente, de hecho se conecta debajo de mi escritorio, por lo mismo supongo que el que tendría que conectarlo sería yo. Nunca lo hago.
Lo que me recuerda el caso de las series de foquitos navideños de cascada. Hace algunos años, (3 o 4), mis padres en uno de esos ataques de Navidad, Euforia y consumismo, decidieron comprar series navideñas para adornar el exterior de la casa.
Cabe mencionar que la colonia donde vivo por estas fechas consume mas luz que algún país pequeño (o alguna isla asiática que no se haya hundido), ya que todo mundo cuelga luces de cascada, foquitos de colores, santacloses iluminados y este año, los tan de moda inflables navideños de dos metros en forma de algún personaje de caricatura. Parece la villa Coca-Cola. Vaya, hasta los Klopek (mis vecinos onda familia Adams) cuelgan foquitos.
En fin, nuestras series de cascadas ya habían durado algunos años sin fundirse.
Este año antes del ritual familiar del 20 de noviembre, al probar las series vi con satisfacción como aún servían. Me dispuse a subir a la azotea, amarrarle un mecate a la escalera, bajarla, atravesarla del patio trasero al delantero cuidando de no romper alguna figurita de Jadrhó o darle en la madre a alguna puerta, colocarla en la fachada de mi casa, treparme y colocar la mentada serie de forma que pareciese que en pleno Xochimilco había caído nieve la cual escurría graciosamente por la cornisa de las ventanas brillando a la luz de la luna.
Una vez terminado el menester, al conectar la serie de foquitos para ver el espectáculo navideño, obviamente no encendió.
Menté muchas madres (pero muchas), y después de una inspección ya mas a fondo vi que la serie que no funcionaba era la primera, o sea la que proveía de energía a las demás.
Explique a mis padres el problema y las soluciones que proponía, que eran: 1- comprar otra serie nueva de preferencia china para que se fundiera por ahí de reyes y 2- poner un par de extensiones para que el resto de las series encendieran aunque se viera incompleto el efecto luminoso. El hecho era que no había ni otra serie china, ni extensiones, así que fue hasta este lunes, ya pasada la Navidad, que alguien compró un par de extensiones que pudimos formar parte dignamente de la villa coca-cola.
En fin, ¿cuántas mas historias familiares no habrá atrás de una serie de foquitos chinos?
El tiempo pasa mas rápido posteando que trabajando, de eso no hay duda.
No he ido a ver el nombre de la estatua del insurgente sobre reforma que puedo ver desde mi ventana, tengo mucha curiosidad, pero nunca me acuerdo. Suena como para otro propósito de año nuevo.
El verde me invitó al cine el día de ayer a ver una película de una colombiana que se traga bolitas de cocaína en colombia para irlas a cagar a Nueva York (María llena eres de gracia, se llamaba). La mujer estaba guapa y a todo mundo le hablaba de Ud.
Me recuerda a una amiga Colombiana que tuve en la universidad, que efectivamente nos hablaba de ud, era muy buena onda y buen desmadre, pero muy propia.
Una vez platicando con ella acerca de las particularidades del idioma español en Latinoamérica, logramos que nos dijera la que ella consideraba peor palabrota allá en su tierra. La palabra era «Cacorro» y en una explicación ya mas técnica nos explico que el significado era Homosexual pero mal pedo, (osea que peor que Puto), «no el que sopla nucas, sino el que muerde almohadas» explicó.
En fin, ya son las 6, creo que salió bueno el post para haber sido en frío. Ya me voy. Abur.