Me levante con dolor de cuello del golpe de anoche.

Hoy por la mañana fui al servicio médico del edificio y le expuse el asunto al doc. Me dijo precisamente lo que anticipaba.

El que haya perdido brevemente la conciencia debido a la risa, fue por que al reirse se gastan mayores cantidades de oxígeno de lo normal. Mi cerebro requería oxígeno, el cual por deficiencias pulmonares no se le pudo suministrar suficiente.

Las deficiencias pulmonares bien puede ser por los antecedentes de Asma de mi madre pero principalmente por sobrepeso (1.82m, 136kg). Al parecer mi capacidad pulmonar ha llegado a niveles que no aguanta ni un ataque de risa.

No estaba corriendo el maratón. No estaba cargando un piano. Me estaba riendo.

Me he hecho de la vista gorda (no pun intended) de muchas de las consecuencias de mi sobrepeso. Pero el tener el riesgo de morir de risa… es demasiado.

No puedo seguir haciendome wey.

Por supuesto que mi primer impulso fue darle ‘Delete’ y darle la misma importancia que el fwd de los gatos Bonsai, el que Boing esta tronando y el de el sujeto con SIDA que se cayó al contenedor de Coca-Cola.

A la hora de la comida se discutió el tema y al parecer la misma noticia esta siendo dada por otros medios, Radio, La Prensa y hasta el departamento de seguridad de la compañía lanzó un comunicado.
Me es díficil de creer, suena a leyenda urbana gacho.

Mas tarde me mandaron otro mail que contenía este y este comunicados de la AFI y PGJ respectivamente. Aún así puse en duda que la noticia fuera cierta. Me tacharon de incrédulo y contreras. «¿como no voy a creer si Gutierrez Vivó ya dió la noticia?»
Mi argumento fue, ¿que les costaba poner en el mail referencias sólidas y comprobables para la información?, y si algo le he aprendido a la red es de desconfiar de la información que viene de ella.

Un poco de investigación On-Line, me llevaron a ésta nota de El Economista dónde Joel Ortega Declara que la dichosa banda no es mas que un rumor difundido por correo electrónico y El Universal, quien al parecer es el que le ha dado mayor cobertura al asunto tambien tiene una nota donde dicen que efectivamente Guatemala no tiene ni idea de lo que le estan hablando. Cabe mencionar que los encabezados del universal generalmente llevan el término «Supuesta Pandilla», léase chisme, rumor, etc.

Yo estoy casi seguro que la banda no existe. Pero me asombra el poder que tiene internet para desinformar y lo cómodo que es para la gente creerse lo que lee sin cuestionarlo. Gente que manda las cadenas «Por si las dudas», «…que tal si lo que dice la cadena es cierto y si no la mando a todos mis contactos me va a dar la gripe aviar por el sisirisco…»
Hoy son los gatitos Bonsai y la Banda «La Sangre» y mañana van a decidir las elecciones y linchamientos colectivos.

Hago un llamado por medio de éste blog, a la cordura, Criterio, Sentido común y que no mamen….

En fin, también me llegó una foto de Vilma en Cancún, que ya se había tardado en llegar. Me llegó por el mismo medio, un fwd. Aunque claro, no dice nada, el mismo canal que pasa las noticias pasa Chespirito, solo hay que saber a que hora pasa cada uno.

Hace mes y medio pedí en el trabajo dos días para tomarme un fin de semana largo e irme a la playa. Precisamente los pedí saliendo de algunas pequeñas crisis que tuvimos, me los merecía, mi jefa aceptó.
Arme mi borlote, organicé el viaje, conseguí gente, conseguí casa, conseguí dinero e hice los preparativos pertinentes.

Me acaban de informar de la junta de planeación para el próximo año de la compañía es precisamente ese fin de semana. Mal Timing.
La junta es un encerrón de un día entero en un hotel en Juriquilla donde se discuten y se deciden las estrategias a tomarse en el próximo año. Con el dolor de mi corazón le dije a mi jefa que no iba a cancelar mis planes.
¡Que mal Timing! Realmente me da pena no ir, pero no tanto por lo que se decida o deje de decidir, sino por que era una oportunidad de ser visto y escuchado por personas con las que generalmente no trabajo. Oportunidad de agregarme Valor.

En fin, a seguir mandando CV’s.

Decidí aceptar mi condición de Zombie de Oficina. Y resultó ser bastante a gusto.

Al principio nadie me molesta, me temen. No se si sean los gruñidos, la mirada lúgubre o de plano el aliento de zombie que me cargo hoy. Afortunadamente encontré un paquete de chicles en mi bolsillo.
Desde que decidí no luchar contra mi zombismo se escucha música de suspenso, empecé a sangrar por todo el cuerpo, la piel se me empezó a descomponer y al teclear este post perdí un par de dedos. Traigo la ropa desagarrada, aunque mas que por la transformación fue por wey, ya que, se me atoró el pantalón en la copiadora.

Deambulo por los pasillos de la compañía dejando una estela de olor a muerte, algunos la perciben, otros ensimismados en su rutina ni siquiera han de saber que día es hoy.
Ya es medio día, tengo hambre. Me dirijo a la cocina esperando encontrar alguno que otro vivo y darme un festín con sus cerebros. Pronto todo el piso será zombie.
Me encuentro a algunos compañeros platicando junto al garrafón. Hablan del clima, del tráfico, del América y de bailando por un sueño. Decido que no me voy a comer *esos* cerebros. Nunca sabrán cuan cerca estuvieron de convertirse en «desmuertos», (Undead, pues…!).

De regreso mi lugar me encuentro con Rubén y su implacable sonrisa. Se escucha «When you’re smiling»… aaarrgggh! me resisto. Gruño. Volteo y me encuentro Con Liz, hoy no trae minifalda así que la veo a la cara, también sonrie. Maldición!. Vienen por mi.

Ya en mi lugar me dispongo a hacer actividades zombie. Archivar algo o ponerme un documento en frente con una pluma en la mano simulando revisarlo. La música de suspenso regresa. Sigo siendo zombie. Gruño de gusto.

Después de un rato se acerca José a mi lugar, levanto la mirada con desconfianza y lo veo sonreir. Empieza a hablar de cuanto calor tiene y de como volvió a fallar el aire acondicionado. Trato de levantarme, pero por el otro lado se acerca Andrés y me pregunta como me fue en mi curso de la semana pasada. El ansia me invade. Suena el teléfono, es Marisol, me pregunta si voy a participar en su tanda. Quiero gritar, pero apenas puedo gruñir. «When You’re Smiling» suena cada vez mas fuerte y a un ritmo mas acelerado. Busco con la mirada de desesperación ayuda en mis asistentes, no se han dado cuenta de nada, siguen en lo suyo así como el resto del piso. Trabajan, sonrien y platican trivialidades.

Empiezo a Dudar si el zombie soy yo…

Duermo poco.
Al menos siento que duermo poco. Ya es necesario que ponga dos despertadores. Me desvelo, siento que me falta tiempo. Duermo de 5 a 6 horas diarias, me gustaría ser capaz de doemir menos y no estar como zombie las primeras horas del día.

Creo que es lo mas cerca que voy a estar de participar en una película de zombies. Un zombie jetón.
De hecho, me levanto con ojos rojos, camino lento y apendejado, estoy de malas, no puedo emitir mas que gruñidos, solo me falta sangrar.

No entiendo como hay gente que se levanta de tan buen humor. Atrás de mi lugar, por ejemplo, está Rubén, uno de los chicos de Maru.
Ese wey me recuerda al del comercial de Coca Cola con el tema de «When You’re Smiling», encima de que esta igualito, anda con la misma sonrisa estupida todo el día. Los saludas y sonrie, te lo encuentras en el elevador y sonrie, te despides y sonrie… ha de tomar drogas… o igual tanta Coca Cola le hizo daño.

Pero bueno, haré el intento, no prometo la sonrisa idiota y la platica casual con chistesitos simples y risas por compromiso. Pero veré si puedo quitar el modo zombie.