Ya es tiempo de un Post normalito que no tenga mi carota.
A pesar de procurar andar siempre de buenas y propiciar la armonía, el gozo y la democracia donde ande, no es raro que el amargueitor que traigo dentro salga y miente madres.
El Domingo pasado, por ejemplo, sin razón aparente la cajuela del coche dejó de funcionar. Me puso muy de malas y estuve de jeta mucho del domingo.
A dos días de distancia ya lo veo como una gran estupidez necia.
En fin, cuantas necedades y estupideces no hago por hora…
Cuando estaba en la universidad, teníamos la consigna costumbre de nombrar a los archivos de trabajos y proyectos con nombres mas originales que: «Cuestionario1.doc» o «Tarea.xls».
Me vienen a la mente documentos como: «Tareadelapincheloca.doc», «LiberenaWilly.Doc» [Maestra que parecía Keiko], «ElataquedelhombreMichelín.doc» [Para un trabajo de procesos de tratamiento de Hule], etc. you get the picture.
Cuando entré a trabajar, todavía tenía algo de esas costumbres y como parte de mi trabajo era revisión constante de documentos y sus versiones, se prestaba mucho a nombrar versiones.
«Procedimiento Maestro I.doc», «Procedimiento Maestro II – El hijo del Procedimiento.doc», «Procedimiento Maestro III – La Venganza del Procedimiento.doc», «Procedimiento Maestro IV – Ahora Tiene Alas.doc», etc.
No fue sino hasta que alguien forwardeo uno de mis documentos y algun adulto malinterpretó el título y hubo confusiones y problemas que involucraron a uno o dos directores.
Desde entonces soy muy cuidadoso al nombrar archivos. Procuro que el título sea muy claro y explique lo que contiene el archivo. Si es una revisión, le pongo mis iniciales y la fecha.
Y así fue que me seguí haciendo adulto…