Antes de este fin de semana lo único que conocía de Guadalajara era el edificio corporativo del Banco donde trabajo y el aeropuerto, osea que había mucho potencial para conocer.
Me quedé de ver temprano con mis amigos Morex y Sandy, que fueron los guías de turistas designados (por mi) y que digna y alegremente asumieron la responsabilidad.
Para empezar me llevaron a un lugar en el centro donde presumían se toma un muy buen café y se comen los mejores chilaquiles de occidente.
Lo validé con gusto y el lugar (mocambo?) ya tiene la foca de aprobación de Mau.
Después del desayuno caminamos por las calles del centro. Me platicaron del edificio de Telefonica que movieron completito de una esquina a otra, de como la estatua de la víbora se le cayó la cabeza y pasamos por la fuente de los niños miones junto a los famosos lonches de doña Amparo, donde siempre hay fila.
Entramos a la casa de gobierno a ver si estaba Emilio, pero como era sábado yo creo que llegaba un poco mas tarde.
Pude ver el mural de Orozco con el Hidalgo enorme que da miedo y que sale en algun libro de la SEP. Muy impresionante.
Tambien pasamos por el Teatro Degollado que celebraba en su atrio un concurso de cantera artesanal. (Fuentes y adornos para el jardín, para el ojo no entrenado)
Conocí el icónico hospicio cabañas, que segun me cuentan fue primero cárcel, luego hospicio y ahora centro cultural. La verdad es que es un edificio tan bonito, que ya lo quisiera el DIF para unas oficinas.
Me platica Sandy, que todavía su papá estuvo en hospicio. Lo que si no me comentó es que si es cierto que comían como se dice que comen.
Dentro del hospicio había una exposicion de la colección Jumex. Si bien no eran latas, era un conjunto de obras de arte motherno, donde las piezas oscilan entre lo interesante y lo pretencioso. Padre.
Después del hospicio, nos pasamos al mercado de San Juan donde me presentaron con la exotica bebida que es el Tejuino.
Nunca en mi miserable y naca vida había escuchado hablar de esta aberración, ejem, singular bebida, compuesta de limón, sal, una especie de atole y nieve de limón. Trino lo llama «Tortilla milkshake».
Mi paladar no pudo con el shock.
Ya en el mercado aprovechamos para visitar a nuestro amigo Freddy que tiene un local ahí. Me dio mucho gusto verlo, con todo y que le vaya al Atlas, y conocer a su esposa e hija.
El clima me trató muy bien en Guadalajara, todos los días han estado soleados, claros y con un calorcito super sabroso.
Como parte de la experiencia turística completa, me subí al Turibus y me di la vuelta por los landmarks mas importantes de la ciudad.
También entré al museo de la ciudad, donde orgullosamente exponen un esqueleto de Mamut (el animal, no la golosina) y tienen unas salas de la Historia de Jalisco de lo mas interesante.
Entre el museo y la plática con mis amigos, conocí el por que todas las mujeres de Guadalajara son tan guapas.
Resulta que por ahi de 1523, cuando se fundó la ciudad, los europeos hicieron su mini-apartheid con los locales y era muy mal visto andarse metiendo con otras castas. Así que en esta zona del país tomó algunas generaciones mas para que los de ascendencia europea se mezclaran con los indios de entonces, dejándo de herencia genética los ojos tapatíos que hoy conocemos.
Ya entrada la tarde me topé con la avenida Chapultepec que estaba cerrada y acondicionada con verbena popular panamericana.
Puestos de chácharas y souvenirs, música, mariachis, bongoes, comida, bebida, gente paseando y pantallas gigantes que transmitían los juegos.
La gente estaba muy animada viendo el juego de Mexico vs Argentina en Volleyball. Echaban porras, se emocionaban y en general se percibía un ambiente muy ameno y familiar. Estuve ahí hasta que se hizo de noche.
A estas alturas parecía que todo el deporte que había visto el fin de semana lo hubiera hecho yo. Así que ya cansado me regresé a descansar y me quedé a deber la vida nocturna local, que estoy seguro es intensa.