Archivos de marzo, 2016

Botswana – parte 2

marzo 27, 2016

Nos levantamos muy relax, con tiempo suficiente para desayunar, empacar darnos nuestro último fix de internet por algunos días salir a nuestra siguiente parada.

Nos llevaron al aeropuerto de Kasane. Muy dentro de mi estaba algo decepcionado por que la descripción del tour mencionaba un airstrip, y resulta que entre los esfuerzos que está haciendo Botswana para promover el turismo están en plena construcción de un aeropuerto nuevo. Me lo imagino como del tamaño del aeropuerto de León, simple y chico pero efectivo.

Mientras esperábamos nuestro vuelo, en la TV nos enteramos de los acontecimientos en Bruselas y ese fue nuestro último contacto con el mundo real por los siguientes días.

Cuando nos toco el momento de abordar, vimos que nuestro avión era lo suficientemente amplio para llevar 5 elefantes, 2 adelante y 3 atrás, tan amplio como un VW.

El piloto se presentó como Chris, y tenía una cara de niño que no podía con ella. Luego luego mi familia se lanzó a la cábula, preguntándole cuantos años tenía y si tenía permiso para volar, la cual esquivó con gracia, diciendo que mejor nos apuráramos por que tenía que regresar a clases. Nos ganó.

El vuelo un poco turbulento, pero con una vista increíble. Hasta el horizonte no se veía otra cosa que verde en todas tonalidades, de repente se alcanzaban a ver algunos depósitos de agua, donde los animales se reunían a beber.

El vuelo duró una hora, y la aterrizada para mi beneplácito efectivamente fue en una franja de tierra en medio de la nada. Ahí nos estaba esperando nuestro nuevo Guía Obee (que se pronuncia Obi, as in Obi-wan Kenobi), listo para llevarnos al nuevo campamento, el Sango Safari Camp.

Sobrevolando África

En el Sango Safari Camp, nos recibió el Staff con una canción y una bebida fría, me imagino que ya tienen bien ensayado y lo hacen para todo, pero es buen detalle.

El lugar tiene 6 tiendas y tiene un cupo máximo para 12 personas. Las tiendas también son de madera con muchas ventanas de mosquitero para dejar pasar el aire. Cada una muy civilizada con su baño particular y electricidad.

La manager del lugar nos recibió y nos leyó la cartilla: no se beban el agua de los baños, ya que es de río y nos puede caer mal, la levantada es muy temprano (5:30 a.m.), nadie puede andar solo en la oscuridad, para ir o regresar de tu cabaña en la noche es necesario un guía de escolta, a la alberca se puede ir solo, pero siempre hay que avisar. El bar esta siempre abierto, si no hay nadie a la mano, por favor sírvete. Los cuartos no tienen enchufes, así que si alguien quiere cargar sus aparatos lo tiene que hacer en el área común. Ni sueñen con internet, están de vacaciones y, la lavandería está incluida, pero no se lava ropa interior.

El campamento estaba muy cerca de una aldea, el guía nos platicó que cada campamento tenía que buscar gente local para emplear y de no encontrar a nadie, entonces ya buscaban en otro lado.
También nos platicó que justo la noche anterior habían encontrado huellas de León por la aldea, eso era raro, por lo que dedujeron que podría ser un animal viejo, buscando presa fácil como perros. (O turistas… D:)

Area Comun

Llegamos al campamento muy a tiempo para el té de la tarde, una tacita y un par de bocadillos después, y ya estábamos en el Game ride de la tarde.

El Game ride en Sango, era justo como me había imaginado la experiencia, aunque si la zona estaba muy verde y con vegetación, había muchos mas llanos y áreas abiertas que en Chobe. Y el jeep podía improvisar mas en el terreno.

El drive empezó «flojo» vimos algunos impalas y muchas aves variadas y bonitas. En el peor de los casos nos iba a tocar ver algunos animales y un atardecer espectacular, así que yo iba de muy buen humor.

Entonces aparecieron los cheetas. Dos cheetas que se pusieron encima de un montículo para estudiar el terreno. El guía estacionó el jeep a unos 20 metros y corrió la voz. Estuvimos admirándolos por varios minutos, hasta que llegó un pájaro a postrarse cerca de ellos, el guía nos aviso que los cheetas se iban a mover por el pájaro, acto seguido el pájaro hizo un ruido y los cheetas se fueron. Esto básicamente, por que el pájara llamó la atención y los hizo visibles al resto de los animales. Algo así como 1,2,3 por los cheetas que están en la loma.

Posando para los turistas

Seguimos el paseo y nos toco ver hipopótamos, jirafas ya mas de cerca, y hasta nos volvimos a encontrar a los cheetas, además de que efectivamente el atardecer fue un espectáculo impresionante. Tan bonito que me hizo enojar :p

De regreso al campamento, pasamos a nuestras respectivas cabañas a hacer base y esperar a que alguien fuera por nosotros para cenar.
Mi cabaña estaba a 5 metros del área común, y ciertamente no veía yo mucho riesgo, decidí sentarme a escribir en la terraza con vista al río mientras pasaban por mi, en cosa de minutos eso ya estaba oscuro como boca de lobo, y al primer gruñido de la oscuridad, decidí mejor esperar adentro.

La cena estuvo muy íntima e internacional, todos los huéspedes comimos en la misma mesa y platicamos de nuestras experiencias. Una pareja de holandeses que nos habíamos encontrado antes, nos platicaron que habían visto una familia de leones bebiendo en el río Chobe, el día anterior.

Después de la cena hubo una pequeña sobremesa en fogata, a la luz de la luna llena y las estrellas del hemisferio sur.
Pedí que me escoltarán a mi cabaña y me dormí entre el calor y el sonido de los grillos y ranas.

Desperté en la madrugada por el sonido de gruñidos, justo afuera de la tienda. Me confundí (por no decir me asusté), faltaba poco para la hora de despertarse y no sabia si prender la luz, asomarme o que hacer. Me asomé por la ventana y no vi nada. Supuse que eran hipopótamos y sus gruñidos se escuchaban muy muy cerca. Espere un rato y escuche ruidos en la cabaña de junto. Decidí que como el baño estaba en el lado opuesto al río, era seguro bañarme. Y ya que escuche voces cerca y había un poco de luz del alba, me armé de valor y salí de mi cabaña.

Ya en la seguridad de los números, con luz, y sin ningún hipopótamo a la vista, nos reímos nerviosamente.

Antes de salir al drive de la mañana, tomamos un desayuno ligero de café y panecitos tostados a las brasas de la fogata durante el amanecer. Uf. Me volví a poner de malas de lo bonito.

Salimos en el drive mañanero a eso de las 6 a.m., los europeos se fueron en un jeep y nosotros en otro para cubrir mas terreno. No habían pasado ni 20 minutos cuando el guía encontró huellas frescas de León, avanzamos en silencio y Tania lo alcanzó a ver en una sombrita. A diferencia de Brave, nuestro nuevo guía Obee, estaba un poco miope, por que conforme nos íbamos acercando a tres metros del lado derecho del jeep había otro león echado cómodamente.

Nos detuvimos en seco, mientras por el lado derecho del jeep se acercaba decididamente un elefante.

Leones por un lado, elefante por el otro, el elefante quebró de último momento y los leones se levantaron y se pasearon despreocupadamente junto al jeep. Momentos de tensión total. Me quedó claro por que no lavan calzones en los campamentos

Seguimos a los leones por un rato, hubo un momento en que se pusieron entre dos grupos de impalas y pensamos que probablemente íbamos a ver acción. El guía nos dijo que el impala es un animal muy pequeño, y el león normalmente no gasta energía en cazarlo. Efectivamente, los impalas estaban vueltos locos, haciendo ruidos y toreando a los leones y los leones ni enterados siguieron su camino.

Pasen a ver al León

Luego de seguir a los leones, seguimos para ver que mas podíamos ver. Llegamos, literalmente a la casa de la hiena, y la saludamos. También vimos Zebras y mas impalas. En un pedazo difícil del camino, finalmente se atascó en jeep y hubo que llamar al otro para que nos sacara del lodo.
Pasadas las emociones hicimos nuestra obligada parada para tomar te y galletas.
Todavía de regreso vimos muchas zebras, changos, antílopes y algunas jirafas. Fue una muy buena mañana.

De vuelta al campamento tuvimos nuestro brunch, y luego un rato libre, que fue aprovechado por una siesta colectiva, digo, si los animales de la jungla no salen a mediodía, quien soy yo para desafiar a la naturaleza. Después de la siesta estuvimos a gusto recibiendo la brisa en el área colectiva, hasta la hora del high tea a las 3:30 y nuestra siguiente actividad: mokoro

El Okavango Delta es un río que se nutre de la lluvia, y no va a dar a ningún mar (!). Es pura agua dulce con pocas corrientes y la forma en que los locales lo transitan es a bordo de Mokoro.

El mokoro, es una canoa tipo traginera personal donde uno se sienta mientras un gondolieri va a atrás, balanceando la canoa y explicando el paisaje.

Primero nos dieron una platica de seguridad, la primera regla es no ponerse nervioso, ya que después de todo el agua en esta temporada no es nada profunda. También te explican que hacer en el remoto caso de que se aparezca un hipopótamo o un cocodrilo.

Afortunadamente los únicos animales que vimos fueron libélulas, mosquitos y muchas aves. Pero lo realmente espectacular fue el manto de lirios en flor que cubría el río. Eso aunado a la luz dorada de la tarde y un agua clara y transparente que reflejaba como espejo lo convirtió en una experiencia sublime (se me están acabando los adjetivos para este viaje).

Al principio iba bastante tenso. Sentado en el piso de la canoa sentía que si parpadeaba en un ojo y otro no, era suficiente para voltear el Mokoro. Mi guía me tranquilizó y casi lo logró. Mi tía Lilia igual se estresó cuando una rana le brinco a bordo, pero no paso a mayores.

Después de un rato de navegar hicimos una escala para estirar las piernas. Mas nos tardamos en desembarcar el mokoro que nuestros guías en convertir la canoa en una mesa y sacar una hielera con snacks y bebidas. En serio que piensan en todo. Después de unos tragos y una explicación sobre el cráneo de un hipo que estaba ahí casual. Regresamos a la luz de otro atardecer espectacular. Que pinche coraje, ¿que no puede haber un atardecer feo aquí?… Me volví a poner de malas 🙂

Okavango

Por la noche tuvimos otra dosis de estrellas, cena y platica con los demás huéspedes, muy rico. Aprendimos el término Botswanesco para decir Salud!: Pula! Que también es el nombre de la moneda y el termino para lluvia.

Esa noche no hubo canto de hipopótamos.

El desayuno fue igual de temprano e igual de bonito, alrededor de la fogata viendo el amanecer. A pesar de que iba a pasar la avioneta temprano por nosotros, Obee se ofreció a darnos un drive tempranero antes de dejarnos en el airstrip.

Volvimos a ver a los leones del día anterior, esta vez un chango apática do montado en un árbol se la paseo toreándolo.
De broma le dijimos al guía que nos hacia falta ver un leopardo, se lo tomó muy en serio y no descansó hasta encontrar huellas y tratar de seguirle la pista.
No tuvimos tanta suerte y solo vimos unas zebras y algunos antílopes.
Llegada la hora nos dejaron en el airstrip, no sin antes tomar el té de la mañana, por supuesto.

En el camino al airstrip llegó la notificación al radio de que los leones habían cazado una zebra y se estaban alimentando. Tristemente ya no teníamos tiempo de regresar a ver.

Todavía mientras despegamos alcanzamos a ver a dos leones junto a la pista, que fueron a despedirnos <3.

Slideshow de Fotos en Flickr:

Botswana 2016 - Moremi

Puedes ver al álbum completo dando click aquí.

Botswana – parte 1

marzo 26, 2016

Decidimos no abusar de la mañana y no programar actividad, nos quedaba un poco apretado y además todos necesitábamos el descanso.
La mañana la dediqué a surcir mis shorts que se me habían rasgado con una silla rebelde, y para mandar la crónica correspondiente, por que de ahí en adelante quien sabe si tendríamos wifi o no.

A media mañana nos recogió un chofer jetón quien nos llevó, junto con un grupo de irlandeses, un ruso y dos inglesas, a la frontera de Zimbabwe y Botswana.
Mis zapatos habían acabado empapados por las cataratas victoria, así que tuve que cruzar la frontera como refugiado, con mis zapatos en la mano.
Del otro lado ya nos esperaba un chofer para llevarnos al Kubu Lodge.

El Kubu Lodge, está justo junto al río Chobe. Un lugar súper nice, con familia residente Bushbucks, (una especie de antílope) y unas cabañas de madera muy bien instaladas. Aquí en lugar de aire acondicionado había un par de ventiladores en cada cuarto, y aunque los enchufes no estaban tan variados como el de Victoria Falls, aún había para conexión europea y en este caso el wifi era poquito y solo en la recepción.

Nos instalaron y nos dieron de comer. La comida se sirvió en una terracita con vista al río, de esas que solo las vacaciones pueden dar.

Desayunador Botswano

Ya comidos se nos avisó que la salida al «Game Drive», que es como se le llama a la actividad de ir a ver animales era a las 3. Y a la una, a las dos y a las 3 nos fuimos…

Nuestro guía se llamaba Brave, y pasó por nosotros en una camioneta que era algo así como una pick-up modificada, con tres hileras de asientos en la caja y un toldo. Cada hilera un poco mas alta que la anterior para así garantizar la vista de todos.

Nos explicó que íbamos a entrar al Chobe National park y que ahí nos íbamos a encontrar algunos animales, que mientras permaneciéramos sentados y callados íbamos a estar bien.

El parque, que también está en la orilla del río, estaba muy verde, ya que por estas fechas es lo que se le conoce como «green season», que es cuando acaban las lluvias y la vegetación esta al máximo. En los meses de invierno, toda esa misma zona es un desierto, pero igual como esta cerca del río, los animales se acercan a beber.

Entramos al parque guardando silencio sepulcral y a la expectativa. Lo primero que vimos fue un impala leeejos leeejos, y nos emocionamos. Después a la distancia alcanzamos a ver algunos elefantes y nos emocionamos mas. Brave dijo que nos iba a llevar mas cerca, y arrancó la camioneta. Yo no sabía que nos iba a llevar a darles la mano.

Nos llevo a no mas de 10 metros de una manada de 6 o 7 elefantes, incluyendo un par de elefantes jóvenes (elefantitos!) realmente espectacular.
El parque nacional de Chobe es conocido como la Meca de los elefantes. Me quedó claro. Esa tarde vimos elefantes a discreción.

¿Cuántos elefantes caben en un VW?

En cuestión de minutos estábamos rodeados de animales: Impalas, Hipopótamos, Búfalos, changos, jirafas, zebras, mangostas, bueno hasta Dung Beetles vimos, que son escarabajos de unos 10 cm que se dedican a arrastrar la popo de otros animales para hacer sus casas. Increíble.

Tres horas se fueron como un suspiro, nos tuvimos que regresar por que el parque lo cierran antes de que se haga de noche, todavía de regreso al lodge en medio de un atardecer espectacular con un arco iris doble, nos encontramos con un grupo de elefantes cruzando la autopista. Tan inesperado que no me dio ni tiempo de sacar la cámara, aunque la imagen de irnos alejando de la sombra de los elefantes contra el atardecer no creo poderla olvidar.
Con la sola experiencia de ese día ya estaba convencido que lo que me haya gastado, me salió barato.

Regresamos al lodge muy emocionados. Nos dieron de cenar y nos fuimos a dormir ya que la salida al Game drive del día siguiente era muy temprano. Dormí al sonido del río.

Chobe Sunset

Al otro día, llegamos al parque a eso de las 6:15am y ya había un montón de autos esperando entrar. Ese día no tuvimos tanta suerte, pasamos cerca de una hora sin ver nada. Ocasionalmente Brave nos señalaba algunas aves, que si bien estaban muy bonitas, no eran tan impresionantes como el festival de animales del día anterior.
El chiste de hacer el drive tan temprano es lograr ver a los animales que hacen su caza en la noche, básicamente gatos.

Por el radio alguien avisó y paso el tip de una manada de Búfalos, y ahí nos lanzamos para verlos de cerca.

A la media mañana el guía encontró una sombrita y diligentemente hizo una parada para darnos té y galletas.

Justo cuando ya nos estábamos resignando a ver todo menos gatos, aparecieron unos changos haciendo escándalo, el ruido que hacían era alerta por depredador, y efectivamente, no muy lejos de ahí estaba un León tirado a una sombra, la voz se corrió y todos llegaron a verlo. Estaba encima de una loma y apenas se le veía la cabeza, pero eso fue lo de menos.

Nos regresamos contentos de haber visto al león a desayunar y pasar el resto de la mañana en relax junto a la alberca y el río Chobe.

Hola Su majestad!

Por la tarde, el plan fue tomar un paseo por el río. Brave el guía resultó tener una vista de águila, y nos estuvo dirigiendo la vista a la orilla para ver desde colibríes hasta elefantes.
Justamente uno de los highlights del paseo fue ver una familia de elefantes, bebe incluido, bajar a beber al río, espectacular. También nos toco ver como un hipopótamo hizo un sprint de unos 10 metros fuera del agua, pero en chinga. Nos dijeron que pueden correr hasta 40 km/h.

¿Qué pasa cuando un elefante se para en una pata?

El río Chobe separa a Botswana de Namibia, y en medio hay un pedazo de tierra que escasamente puede llamarse isla, que según nos informaron fue objeto de casi una guerra entre los países. Resulta que en temporada de río bajo, los animales llegan caminando a esa isla y como son patrimonio pues era un pleito por que supuestamente el lado Botswano, que es un parque nacional, los quiere proteger, y el lado Namibio, que es de granjeros se dedica a matarlos si es que los animales ponen en peligro sus cosechas.
Finalmente una corte internacional le dio la propiedad a Botswana, quien plantó su bandera y puso una estación militar para cuidar la isla.

Durante el regreso el atardecer estaba tan bonito, que hasta me puso de malas. No, no mames, no. Que espectáculo, uno de los mejores que he visto en mi descolorida vida.

Evidentemente después de la desmañanada, caímos temprano.

El slideshow de fotos en Flickr:

Botswana 2016 - Chobe

Para el álbum completo da click aquí.

Zimbabwe

marzo 21, 2016

De regreso a mi hotel tuve a bien preguntar en recepción la hora en que me recomendaban salir para llegar al aeropuerto a tiempo. Siendo el vuelo a las 11:30, yo quería estar a eso de las 9:00. La recepcionista resultó ser más conservadora que mi papá, y me recomendó salir a las 6:30 am. (WTF!). Por supuesto hice 30 minutos y estaba en el aeropuerto cuatro y media hora antes de mi vuelo.

Me senté en un lugar a desayunar y a esperar. Pronto nos encontramos toda la familia nos saludamos con gusto y nos dispusimos a tomar nuestro siguiente vuelo a Victoria Falls, Zimbabwe.

En el aeropuerto nos recibió un hombre de la agencia de viajes, nos ofreció agua y nos llevó a nuestro lodge (Bayete Guest Lodge). El lugar esta increíble de bonito, una serie de cabañas de lo mas civilizadas en medio de la jungla. Electricidad, (con conectores internacionales y hasta usb), agua caliente, aire acondicionado y wifi. Así con gusto me llevan de excursión.

Bayete Guest Lodge

Apenas nos instalamos y desatarantamos un poco y nos llevaron a nuestra primera actividad, un paseo por el río Zambezi durante el atardecer. Que cosa mas rica.
Nos sirvieron bebidas, snacks y nos dedicamos a flotar por el río. Apenas apareció el primer cocodrilo y la bola de turistas se volvió (nos volvimos) locos de emoción por haber visto nuestro primer animal. Un poco mas adelante pasamos por unos hipopótamos que solo asomaban los ojos y movían las orejas. El highlight del paseo fue cuando en la orilla se paseó un elefante a tomar agua y saludar.

Zambezi Cruise

El atardecer estuvo magnífico y el paseo muy agradable, pero ya para esas horas la familia que apenas llegaba de NY, se andaba cargando un Jetlag de aquellos y los perdimos por un rato.

Se puso el sol y, escoltados por mosquitos, regresamos al lodge a cenar y celebrar que a Tania la aceptaron en un nuevo trabajo en un hospital de NY.

Al día siguiente, pasaron temprano por nosotros para llevarnos a las cataratas Victoria.

Cabe mencionar que mi impresión de Victoria Falls es que es un pueblito muy práctico, me lo imaginaba mas grande, pero el aeropuerto estaba a 20 minutos del lodge y el lodge estaba a 15 minutos de las cascadas, y además de una oficina de correos y una vinatería, lo único que hay son hoteles, lodges y casas de huéspedes.

De camino, a lo lejos se alcanza a ver toda la niebla que levantan las cataratas y que se confunde con las nubes. Increíble.
Al llegar, lo primero que hizo el guía fue darnos ponchos impermeables para no mojarnos, yo acepté el mío parte con hueva de andarlo cargando y parte con escepticismo de usarlo.

Las cataratas tienen como 1.3 km de largo y dividen a Zambia de Zimbabwe, no son las más altas, pero avientan un rugido impresionante.
El paseo tiene 16 puntos de observación en la longitud de la cascada, hasta llegar al puente Victoria que fue construido por los ingleses hace poco mas de 100 años.

Conforme uno va avanzando, la brisa de las cataratas se va haciendo más intensa, y en algunos puntos de observación es tan densa que no se pueden ver las cascadas. Pero aquellas en donde si se pueden ver, ¡uf! Quitan el aliento.
Nosotros fuimos en temporada de lluvias, por eso traían tanta agua, y dicen que por ahí de septiembre es cuando más bajo está el nivel del río y uno hasta se puede meter a nadar en algunas zonas.

En mi plan de fotógrafo de National Geographic de petatiux, una de mis frustraciones fue que cada que sacaba la cámara, la brisa mojaba el lente y mas me tardé secándolo que tomando fotos. Termine guardando la cámara y disfrutando la vista.

Vicky Falls

Conforme uno avanza la brisa se hace mas densa y traicionera, básicamente lluvia. Y en algunos momentos el viento hacia la broma de mandarla por la retaguardia por sorpresa. Para cuando me di cuenta, ya estaba yo empapado y no tenía sentido ponerme el poncho. Llegue al puente hecho una verdadera sopa.

Decidimos que lo mas razonable era regresar al hotel por ropa seca antes del almuerzo.

El almuerzo fue en un restaurante no muy lejos del puente, llamado el Lookout Café. El lugar está en la mera orilla del risco con una vista espectacular del río. La comida no estaba muy buena, pero la vista compensaba todo.
Ahí junto al restaurante estaba la base para toda la banda extrema que se avienta por la tirolesa y nos tuvo entretenidos mientras comíamos.

Outlook view

A unos metros del restaurante nos habían recomendado que fuéramos a conocer el Victoria Falls Hotel, que es el lugar que construyeron para los trabajadores e ingenieros que construyeron el puente.

El lugar es como salido de una película de Robert Redford, taaan bonito y taaaan inglés que no pudimos evitar sentamos en la terraza a tomar el Té. Por supuesto como acabábamos de almorzar nadie quería comer nada, pero la mesera insistió en traernos el servicio del High Tea, que incluía una charola de tres pisos de sandwichitos y pasteles. La trajo y por supuesto terminó vacía.

Entre lo que aprendí ese día, resulta que los ingleses tenían un proyecto muy ambicioso de unir Sudáfrica con El Cairo por un ferrocarril, pero solo llegaron hasta Mozambique.
También que el hotel victoria era escala nocturna para los viajeros del vuelo semanal entre Southampton y Johannesburgo en 1948. Me lo imaginé clarito.

Dirección Cairo-Cape Town

De vuelta al hotel, vimos un jabalí por la calle y varios changos (baboons), el chofer platicó que los changos eran una verdadera amenaza, y que si uno se descuidaba le robaban lo que fuera. Contaba que era común que los niños que iban por el mandado fueran atacados y despojados de cualquier artículo comestible por los changos.
También platicó que una medida de controlar la plaga era atrapando un chango y pintarle las manos de rojo. Resulta que estos animales por alguna razón no toleran el color rojo, y cuando uno llega con las manos carmesí, es atacado por los demás y la manada se disuelve.

Estuvimos un rato en el Bar del lodge platicando con el dueño. Nos decía que tenía un poco mas de un año de haber comprado el lugar y que estaba bastante contento. Luego empezó a necear hablando de cricket y perdió mi atención.

La cena fue en un lugar local muy popular llamado Boma. El lugar sin duda es una trampa de turistas, pero a estas alturas yo no estoy nada exigente. De entremés nos llevaron impala, que estaba bien a secas y un poco de cocodrilo que estaba buenísimo. Resulta que son de carne blanca y se parece al pavo.
El jabalí a las brasas fue lo que mas me gustó.

Después de la cena nos dieron bongos y llegó un grupo de animadores a dirigir el show. Nos pusieron a hacer ritmos y bailes y Estuvo bastante divertido.

Mau + Bongo!

Íbamos de regreso al lodge, cuando el chofer se detuvo y nos hizo señas para que nos asomáramos por la ventana. Entre la densidad de la jungla y la oscuridad de la noche se alcanzaba a distinguir la silueta de un elefante enorme, casi dos veces el tamaño de la camioneta y a escasos 3 metros de distancia. Lo primero que me vino a la mente fue un episodio de uno de esos programas de discovery tipo «cuando los animales atacan», en que un elefante volteaba un auto de un tope. Me puse nervioso.
El elefante andaba en su onda y seguro ni nos había visto, pero para mi fue como la escena del ojo del T-rex por la ventana del coche.

Sobra decir que no me la he acabado con la cábula familiar 🙁

Sigo con poquito internet, pero algunas han llegado a mi instagram: mausanchez.

Slideshow de fotos en Flickr:

Zimbabwe 2016

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Jo’burg – parte 2

marzo 20, 2016

Llovió toda la noche, eso lo sé porque el Jetlag atacó de nuevo, y según Google iba a llover todo el santo día.

No me agüité y después de desayunar, muy animoso me dirigí a la Witwatersrand university para hacer mi siguientes paradas turísticas. La primera fue una galería de arte universitario, que según yo prometía. Tristemente se trataba del arte pretencioso que no me gusta. En una sala supuestamente el tema era el futuro apocalíptico y distópico que nos esperaba, (lo cual se me hace un tema con buen potencial), pero además de las predecibles esculturas con basura reciclada había piezas algo voladas, como por ejemplo el cuadro de un barco hundiéndose, cuyo único mérito era, que según la descripción, estaba hecho utilizando ceniza de billetes de 100RANDS quemados. Pfffft. Mi visita fue breve.

La siguiente parada que tenía programada era el museo de los orígenes, que trata el tema de África como lugar donde nació el ser humano como lo conocemos.

Desafiando a Tlaloc y a su homólogo zulu, me fui caminando bajo la lluvia, y pesar de que no estaba lejos llegué ensopado.
Cómo habré llegado, que antes de decirme cualquier cosa, la mujer de la recepción me mando al baño a secarme.

Lluvia de Otoño

El museo me gustó muchísimo, habla de la evolución del ser humano, hay unas réplicas de cráneos de los diferentes «homos», incluyendo a Lucy y también hablan mucho de pintura rupestre de la zona y de una tribu local que dicen que ha cambiado poco sus costumbres desde hace muchos años. Al principio se me hizo muy poco probable, pero unas pinturas rupestres que encontraron hace 100 años donde ya pintaron trenes e historias recientes, me convencieron.

Me tomé mi tiempo para pasear por el museo, por que básicamente la mayoría del tiempo estaba solo. Para mi solito. Ya al irme por ahí vi un par de almas igual de pérdidas que yo. El encargado de la tienda del museo me platicó que probablemente había poca gente por el clima, que normalmente estaba mas animado y que los que mas llegan son extranjeros en una proporción de 60-40 vs los locales.

El encargado de la tienda era un tipo hindú (o africano que parecía hindú), fan hard core de Elvis Presley. En cuanto le dije que era de México, luego luego me hablo de las películas que había filmado Elvis en mi país, incluyendo una que supuestamente es en Hawai, pero que algunas partes las habían filmado en Acapulco. Me cae bien la gente así de clavada, ejem, apasionada.

En el museo también había una colección bastante decente, a mi parecer, de fósiles de dinosaurios. Que aunque parecía que había sido curada por alumnos de secundaria ochentera, la verdad es que estaba muy disfrutable.

Comí en la cafetería del museo, tratando de observar los estándares internacionales de la hora del almuerzo y me devolví al hotel.

Justo cuando iba llegando, fue que me buscó mi prima Tania avisándome que ya había llegado a Johannesburgo y que nos veíamos en su hotel para cenar y platicar.

El plan era también dejar en ese hotel el exceso de equipaje para irnos de safari, así que me dispuse a hacer la división de las maletas. Mientras en eso estaba, aprendí (a la mala) no volver a dejar mi maleta cerca de mi papá, quien está dispuesto a que su bandera de las chivas le de la vuelta al mundo.

El hotel de Tania estaba lejos, lejos, como a 45 minutos de donde yo me estaba quedando. Pero el viaje me sirvió para ver mas de la ciudad, suburbios mas nice y autopistas y malls, medio americanizados. Me puso en perspectiva de que hay mucho mas de Joburg de lo que uno puede ver en 2 días.

El hotel estaba en una zona bastante nice, chiquito y bien bonito. Nos recibieron muy amables y nos dieron riquísimo de cenar.
Ahí aprovechamos para ponernos al corriente y me platicó de su subida al Kilimanjaro, que era de donde venía. (!)

Le dejé mi maleta y me regresé a mi hotel para vernos al día siguiente en el aeropuerto con el resto de la familia.

Otra cosa que dejó impresión en mi de la ciudad fue el transporte. Uno de los guías comentaba que el transporte público en la ciudad no era de lo mejor, a pesar de que existen algunas rutas de camiones, trenes, y para el mundial hicieron un metrobus de Soweto al centro. Pero el medio de transporte más usado es la combi (no necesariamente de VW pues, sino de ese tipo de van), lo curioso es que ninguna lleva letrero del tipo «Izazaga» o «Xochimilco Centro», sino que conductor y peatón se comunican con un sistema de señas. Me explico: el dedo índice hacia arriba, como haciendo un numero 1, quiere decir que uno va hacia el centro. Tres dedos hacia arriba (haciendo una W) quiere decir que va hacia el oeste, los mismos 3 dedos pero volteados haciendo una E, quiere decir que uno va al este (sin albur).

Transporte Público

También hablando de transporte, quiero decir que me declaro Uberbeliever. Con esta es la séptima ciudad en 5 países donde he usado el app de maravilla. Uno solo se ocupa de encontrar Wifi y no hay que preocuparse de parar un taxi, de cuanto va a costar, de que le vean la cara de turista o de un secuestro express. Así es el futuro que me gusta.

A partir de hoy no estoy seguro de cuando tendré internet. Actualizare en cuanto pueda.

Slideshow de Fotos en Flickr:

Johannesburg 2016

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Jo’burg – parte 1

marzo 19, 2016

Tome un Taxi del aeropuerto sin pensarlo mucho. Ya en el hotel tocó un rato de descompresión, una siesta y un baño.

Ya un poquito mas en mis sentidos, me di cuenta que mi adaptador «universal» no estaba preparado para los enchufes sudafricanos. Mi buen karma viajero lo solucionó poniendo una tienda de electrónicos a dos cuadras de mi hotel.

no lo creo

¿universal? no lo creo

Me hice de moneda local, y resulta que algo que tenemos en común con los sudafricanos es la devaluación de la moneda. Un Rand sudafricano es mas o menos 1.1 peso mexicano. Lo que me permitió dimensionar el gasto de una forma muy natural.

También a 2 cuadras de mi hotel estaba una parada del turibus local, el cual tomé para darme una idea del entorno y decidir que iba a hacer en mis días en Joburg.

La mayoría de la ruta fue por el centro de la ciudad que en mi opinión no es su mejor carta de presentación. El centro está muy descuidado, hay muchos edificios abandonados, mucho comercio informal y mucha (mucha!) basura en la calle.

Durante el paseo me cayó el veinte de que, de acuerdo a la última película de Avengers, estaba en pleno Wakanda. ¿Qué puedo decir? Me encanta ese tipo de turismo pop y me emocioné de saber que en esas mismas calles Hulk y IronMan habían tenido sendo encontronazo.

Wakanda remembers

Wakanda remembers

Y hablando de Avengers, esa escena parece que está filmada con un filtro de instagram, todo en tono amarillento y sepia. Pensaba que era un efecto cinematográfico, pero mas bien es una característica que tiene el centro de la ciudad. Los colores de los edificios están en ese rango de tonos.
Otra cosa que me llamó mucho la atención fue la arquitectura, no estoy seguro porque, pero los edificios me dejaron una sensación de hostilidad, como amenazantes. Raro.
Luego me enteré que la mayoría fueron construidos en los 30’s tipo Art Decó. Así como el Sears de enfrente a Bellas artes, pero en tosco.

Edificio Hosil>

La ruta me tomó un par de horas y pude hacer notas mentales de lo que me gustaría conocer. Pero para cuando acabé el cuerpo no me daba mas, regresé al hotel, comí algo y luché las siguientes horas ferozmente contra el Jetlag.

Pasé una noche bastante irregular y me levanté más tarde lo que hubiera querido, pero aún era buena hora. Después del desayuno, mi primera escala fue el museo del Apartheid.

Lo primero que me llamó la atención es que en la mayoría del museo no se permiten fotos de ningún tipo. Como consecuencia de esto durante la exposición hay que estar esquivando al universal estudiante-que-le-dejaron-de-tarea-ir-al-museo y su cuaderno de notas. Je.

La exposición en si es bien ruda. Cuenta como unos cuantos blancos nacos se hicieron del gobierno en los 40s y pasaron a leyes lo que ya habían venido discriminando en la practica desde los 1880’s y así se la pasaron hasta 1994.

El lugar, como es de esperarse, esta lleno de material histórico. Me dejó una impresión fuerte, muchos discursos de políticos blancos justificando el apartheid, con tal seguridad y vehemencia que hacen perder la fe en el ser humano.

Otro tema que me hizo reflexionar fue el tema del Oro. Sudáfrica se hizo muy popular para el mundo cuando encontraron oro al final de los 1800s. En cosa de 10 años de la nada se hizo una ciudad con 100mil habitantes (!). Toda Europa quería meter su cuchara.
La banalidad del oro, cuyo único mérito práctico es que «brilla bonito», y todas pasiones y consecuencias oscuras que genera en el ser humano, esta gacho.

Al principio del museo explican como estaban clasificadas las razas, desde negros, asiáticos, coloreados, blancos, etc. Y la subjetividad con la que hacían esa división. Dicen que para decidir tu raza, te hacían la prueba del lápiz. Ponían un lápiz en el pelo, si no se caía ya valiste, te tocaba ser negro.
La subjetividad era tal, que cada año la gente aplicaba para el cambio de clasificación, que por supuesto llevaba implícito un cambio de derechos.
En un año por ejemplo, había x chinos, que se hicieron coloreados, x coloreados que se hicieron negros, x negros que se hicieron chinos (de piel, no de cabello) y x coloreados que se hacían blancos. Eso si, nunca hubo un registro de un blanco que se hiciera negro o viceversa.

Disfruto mucho el tema de la historia reciente, es decir, cosas que me tocaron vivir. A pesar de que hace 20-25 años era un adolescente imberbe, recuerdo muy bien como las bandas de entonces se pronunciaban por la libertad de Sudáfrica, o de las noticias sobre Nelson Mandela sin saber bien, en ese entonces, quien era o que pitos tocaba, vaya, hasta la referencia al conflicto en Arma Mortal 2. Ver todo el contexto histórico completo con unos 20 de años de perspectiva es muy sabroso.

Por otro lado, el tema sigue siendo muy reciente, 20 años es una vacilada. Y después de ver la exposición del museo, me queda claro que el resentimiento va a durar muchas generaciones más.

En la tienda del museo, como novedad, se venden tazas e imanes, con la leyenda de «White use only», después de salir con el corazón estrujado de la exposición, se me hizo un detalle de mal gusto. Too soon.

En el mismo predio del museo del Apartheid, están un casino y un parque de diversiones. La verdad están totalmente fuera de lugar, el casino es enooorme y el parque de diversiones tiene montañas rusas y dicen que hasta una simulación de una mina.
La razón, según me enteré, es que en los 90s el nuevo gobierno dio concesiones de casino a cambio de «obra social», y fueron los mismos dueños del casino y la feria los que construyeron el museo del Apartheid.

Adivina por donde entraría Michael Jackson

De ahí del casino es donde salen los tours para Soweto (south western town), que yo no sabia pero tiene su valor histórico-turístico.
Soweto es un barrio donde todos los trabajadores de las minas vivían, y en general es un barrio no tan afortunado, nuestro guía lo describió como Favelas (¿Fabelas?) africanas. Entre Soweto y Johanesburgo hay unas montañas enormes de tierra salida de las minas como desperdicio, básicamente todo lo que no era oro lo fueron echando en un montón, y ahora es una loma que impide que se vea un lado desde el otro.

Otra referencia Pop de Soweto es que es el lugar donde se filmó District 9. Y si bien hay lugares donde hay 8 casas de lámina compartiendo una letrina, hay otros lugares donde ya hay casas construidas con servicios. La razón es que desde el 94 que cambio el gobierno, como una iniciativa para mejorar la zona marginada, empezaron a regalar casas a las familias que vivían ahí. Actualmente las obras de construcción siguen y cualquiera que llegue a vivir a Soweto, eventualmente tendrá su casa.

A pesar de todo, según el guía, el barrio es mucho mas seguro que el centro de la ciudad.

Soweto también fue escenario de una matanza de estudiantes en el ’76. Resulta que, en las escuelas, las clases también estaban diferenciadas por razas, a los nativos solo se les enseñaba lo básico en idioma local y las materias más avanzadas se daban en inglés, así que los negros empezaron a aprender ingles para meterse a las clases, hasta que al final les prohibieron la entrada. Un día salieron a protestar, la autoridad salió a «contener» y pues ya sabemos cómo acabó eso 🙁

Soweto

En Soweto también está una de las casas donde vivió Mandela, y por supuesto es de los lugares más turísticos y mas urbanizados, con restaurantes alrededor y vendedores lleve lleve, bara bara. Tristemente el tiempo estaba un poco apretado y no pude entrar a conocer, pero igual no debería haber estado muy grande.

En el tour también pasamos por el estadio donde sede del mundial y nos paramos para la foto 🙂

Cuando acabé el tour me costó trabajo encontrar un lugar para comer. Eran como las 4:30. Llegué a la conclusión de que el estándar de horario mundial de comida no está adoptado en México. En todos lados, se almuerza a las 12 y se cena temprano. ¿De donde sacamos lo Contreras?

Pase a mi hotel para un rato de relax con el plan de salir a cenar por la noche, pero se soltó un aguacero que me quito toda gana de volver a salir. Me quedé *con mucho orgullo* leyendo la Wikipedia de todo la que había visto en el día.

Mau + Estadio

Business Class

marzo 17, 2016

Los días antes de salir fueron un festival de ansiedad, entre la sensación de no acabar el trabajo, el stress de tener todo listo y el dolor de espalda que no se iba, no estuvo padre.
Los primeros 400km de León al DF fueron conduciendo, el camino estuvo tranquilo a pesar de la ansiedad (que me hizo pararme a revisar la maleta a una cuadra de mi casa), afortunadamente la espalda cooperó y se curó en el trayecto.
El relax empezó con una comida familiar, muy disfrutable. Al otro día salí del AICM muy temprano.

Mi primer escala fue Chicago, la verdad dormí casi todo el vuelo, me toco el mismo jetón de siempre en migración y afortunadamente no se perdió mi maleta. Estuve esperando con calma mis horas de escala y hasta que se subieran todos al avión para ver si había un rinconcito donde pudiera acomodarme. Si hubo, en business class \o/.

Que rico es viajar como la gente en un lugar amplio y cómodo. Al subir al avión, ya todos estaban acomodados y la mayoría sin zapatos y en pantuflas. También llegó una azafata a ofrecerme pijama que acepté. Básicamente lo primero que hice fue quitarme zapatos y pantalones, como si estuviera en mi casa.

El sistema de entretenimiento estaba súper completo, ya lo quisiera Blim. Con decir que había una categoría completa de películas de Bond. Y de música tenían de todo, incluso una sección de lectura de Corán que (no es por ser chismoso), escogió el pasajero de junto.
Para ver mientras cenaba, elegí la aventura del Poseidón, del ’72 con Gene Hackman. Ah! Que buenas son las películas de desastres de los 70.

La cena en Business Class, es a la carta y súper fancy. Uno que esta acostumbrado a la media noche con jamón y sobrecito de mostaza (Pa darle sabor), de Aeroméxico, pues si se apantalla con la crema de chícharos con menta, el suflé de brocoli y blue cheese, acompañado de una copita de vino.

Terminando de cenar y ya con pijama puesta, me dispuse a dormir horizontalmente, uts, toda la diferencia, además de que mi espalda lo agradeció.

Desperté y todavía faltaban 4hrs de vuelo (de 12 en total), así que me elegí otra película. Normalmente mi política de ver pelis en un vuelo, dicta que sean películas que ya vi, o que no me importa perderme la mitad, por que regularmente no vienen subtituladas y no se oye nada por el ruido del avión. Todo cambia con unos audífonos decentes tipo zabludoski y con Noise reduction. Así que escogi un estreno, Trumbo, que ya me había recomendado mucho mi Sr padre. La disfrute bastante.

Mientras veía mi película llego la azafata, a ofrecerme de desayunar. Aquí hago una pausa para comentar que había leído un par de artículos sobre las sobrecargos de Qatar airways que hablaba que no la pasan tan bien. Dicen que están expuestas a explotación, sobrevigilancia y acoso, y ps si me sentí raro cuando me atendían tan amablemente. Hasta se disculpó por no haberme hecho piojito.

Después de la película y el desayuno, no paso mucho para que llegáramos a mi siguiente escala:Doha, Qatar.

Marx bendiga el wifi gratis.
Lo primero que hice fue avisar a Michelle (mi contacto en Qatar Airways), que ya había llegado con bien. Ella me dio varios tips para la conexión. Finalmente me dijeron que tenía que esperar hasta una hora antes del vuelo para ver si había lugar, la del mostrador hizo cara de «uyjovencomovequenosevaapoder» y me dijo que el vuelo estaba sobrevendido. Cheil!

Como no había otra mas que esperar, me pasee por el aeropuerto para matar el tiempo.
El aeropuerto de Qatar, parece hotel de las Vegas. Lleno de luces y de marcas finas. Hugo Boss, Tiffanys, incluso había un lugar chino donde se vendían lingotes de oro y leche nido.

Trate de entrar al Lounge de Business class, pero resultó que mi tipo de boleto no estaba permitido. 🙁 aunque si me dijeron que había un Lounge para pobres y nuevos ricos que costaba 50dlls x 6 horas. Lo tomé en cuenta por si había que aplicar la de Tom Hanks.

Cuando llego el momento, sin hacerla tanta de emoción me dieron mi pase igual en Business. Eso quería decir que si iba a contar con un par de días para pasear por Johanesburgo! Yeah!

El vuelo fue menos largo, y ahí si no pude dormir nada. Puse un documental de la historia de monitos de SW. (Plastic Galaxy creo que se llama) y episodios de un sitcom para no pensar mucho. Ya cuando me quise dormir, puse episodio VII (que estaba de estreno) y funciono maravillas, me quedé jetón apenas salió la estrella de la muerte.

Llegué a Johanesburgo, Sudáfrica en martes después de tres días de haber salido de mi casa y dos días sin bañar. Pero muy feliz.

Aeropuerto de Doha

Aeropuerto de Doha

 

De aquí soy...

De aquí soy…

 

...me disculpan con Catherine Zeta Jones.

…me disculpan con Catherine Zeta Jones.

 

...el mismo duty free donde los reyes magos compraron la mirra

…el mismo duty free donde los reyes magos compraron la mirra

 

Leche sin impuestos

Leche sin impuestos

Bulldozer

marzo 07, 2016

El fin de semana di un mal movimiento y me torcí la espalda. Fui con un doctor y me recetó un relajante muscular y unos parches Icy-Hot. Me advirtió que el relajante muscular causaba sueño y que tuviera cuidad de no manejar maquinaria pesada.

Si este post fuera un Bulldozer, ya los habría atropellado a todossszzzz…

Faltan 14 días para la primavera.

Safari

marzo 01, 2016

Mi prima Tania estudia medicina en EEUU y como parte de su formación tiene que hacer servicio social. No estoy muy seguro si fue su elección o no, pero lo va a hacer en Lesotho, África.

El Reino de Lesotho es un país justo en medio de sudáfrica de apenas 30,000 km2 (masomenos del tamaño de Guanajuato) y de dos millones de habitantes, donde el 40% de su población gana menos de USD $1.25 al día y que sinceramente no sabía de su existencia hasta el servicio social de mi prima. (Y todo lo que se ahora, lo aprendí de la Wikipedia, como la mayoría de las cosas)

Con lo mitotera que es mi familia, de inmediato se organizaron un viaje para ir a visitarla y de paso tomar vacaciones por ahí de Safari.

Y me invitaron.

Safari

Lo primero que pienso cuando alguien menciona un Safari

 

Debo decir que me tomé unos días en decidirme, el gasto no es menor y menos con el dólar como anda. En mi onda de señor adulto >40, ya estaba planeando dar el enganche de una casa en León o chance liquidar mi actual departamento que le falta un poco para terminar su hipoteca.

Afortunadamente todavía tengo muy bien contenido al adulto interno y bajo la premisa que me arrepentiría mas por no ir, me embarqué.

El plan así de botepronto es de 10 días: Victoria Falls (Zimbabwe) un par de días, y la visita de 3 reservas en Botswana, viendo animales como en Jumanji.

Aunque tomé la desición de ir desde diciembre, la planeación y organización ha sido una montaña rusa de emociones.

Los vuelos.
Lo primero que hay que hacer es llegar ahí. Mi familia ya tenía todos sus vuelos organizados cuando me uní al plan, así que me tocó ver que ruta tomar.

Hace ya varios meses, una buena amiga que trabaja para una aerolínea asíatica me dio de alta en la lista de familia y amigos, «nomás por si algun día se ofrece». Así que después de verificar que la aerolínea volaba a sudáfrica, la busqué para ver como estaba el trámite.

Resulta que por el mismo costo de un vuelo en clase económica, pude conseguir un vuelo en Bussiness class. ¡Nada Mal! El truco es que los vuelos están sujetos a disponibilidad, y si no hay lugar en un vuelo, pues toca esperar al del otro día y asi.

En previsión por la disponibilidad de espacio, reservé el vuelo 3 días antes, así tengo 3 oportunidades de subirme al vuelo antes de que empiece el Safari. Si todo sale bien pues tendré 3 días para pasear en Johanesburgo y si todo sale mal pues será como Tom Hanks en la terminal (sans Catherine Zeta Jones).

Tom Hanks

Un Futuro posible

El vuelo a Johanesburgo lo tomaré en Chicago, y hará escala en Qatar. Así que me esperan unas 22 horas de vuelo masomenos.

Una vez en Johanesburgo y ya con la familia, tomaremos un vuelo a Victoria Falls, de ahí cruzaremos la frontera de Zimbabwe con Botswana por tierra, y para transaladarnos entre las reservas hay que usar avioneta.

Por requerimientos de capacidad de la avioneta, el equipaje por persona está limitado a 20kg, y tiene que ser en maleta no rígida y sin rueditas. Por lo que la empacada tiene que ser muy minuciosa. También me tocó pagar extra por el sobrepeso :/

Otro detalle vacilador del vuelo en Bussiness Class, es que hay código de vestimenta. Osea que no puedo ir con jeans y mi camiseta de StarWars, por que se puede ofender el sultán de junto.
Así que entre la maniobrada del peso y del equipaje hay que considerar mi esmoquin, mi capa, mi sombrero y mi bastón.

Las Visas

Cuando me invitaron al Safari me mencionaron que no era necesaria ningun tipo de Visa, así que confiado bajé la guardia. No fue sino hasta hace un mes, que nos confirmaron que necesitaba las visas de Sudáfríca y Zimbabwe, y que empezamos a correr como gallina sin cabeza.

El trámite de las visas fue como ver una temporada de Lost, entre situaciones ridículas y mucho cliffhanger.

La parte mas civilizada de esta historia es el trámite de la visa de Zimbabwe, que es totalmente en línea. Uno se mete a la página, sube sus documentos, llena una forma y en dos o tres días recibe en la comodidad de su correo la visa que hay que pagar a la entrada al país. Muy del futuro.

A diferencia de la visa de Sudáfrica, donde aparte de llenar un formulario kilométrico, hay que dejar con el pasaporte en la embajada.

Primero la agencia de viajes que nos debía expedir una carta de invitación, se lo tomo con una parsimonia terrible. Y justo cuando nos la envió yo tenía un viaje de chamba en puerta por lo que pude dejar mi solicitud peligrosamente cerca de la fecha de salida, además piden un mínimo de hojas libres en el pasaporte que yo apenas cumplía, así que cada vez que un oficial de migración ponía un sello nuevo yo sudé la gota gorda.

Afortunadamente el episodio de las Visas tuvo un mejor que Lost y ya tengo todo los papeles necesarios.

Lost

Pinche Lost

 

Vacunas

En toda la documentación que me facilitaron con recomendaciones para el viaje, dicen que lo mas sensato es ir vacunado contra todo lo posible, con enfásis en Tifo, Tétanos y Malaria.

Mi primer preocupación fue, ¿donde se consigue uno la vacuna vs la Malaria? ¿La pone el Dr. Simi? ¿Donde se consigue? ¿Cualquier Dr. la puede recetar? etc. Afortunadamente mi Dr para preguntas necias @verde75 estuvo ahí para sacarme de mi error.

En primera, resulta que la malaria no tiene cura. Así que si la encuentro, probablemente vaya acompañada de un Nobel.
Y en segundo lugar me hizo una recomendación valiosísima. Resulta que el hospital de Nutrición del D.F. hay un servicio que se llama «La clínica del Viajero» (También lo tiene la UNAM), donde uno acude les cuenta de sus planes de viaje, le dan consulta, recomendaciones y todas las vacunas necesarias. Justo lo que necesitaba.

Me dieron pastillas para prevenir Malaria, me aplicaron la vacuna vs el tétanos, la tifo, la fiebre de sábado por la noche y la vacuna contra la mordida de León.

La experiencia.

Ya con los vuelos, las visas y las vacunas arregladas, estoy dedicando las siguientes dos semanas previas al viaje a preparar cosas mas mundanas. Cosas como bajar libros al ipad, conseguir los adaptadores de corriente necesarios, e investigar mas a detalle los puntos del itinerario. Osea, ya estoy empezando a disfrutar de las pre-vacaciones.
Revisando el equipaje y ciudando que no se pase del peso requerido en las avionetas, resulta que en muchos lados recomiendan un código de vestimenta en el safari(Fuente: Internet).
La recomendación es que hay que llevar colores neutros, como Khakis, cafés o verdes, y no es porque los animales sean muy fijados, sino por que los colores vivos, pueden llamar a los mosquitos y los mosquitos traer Malaria, dengue, zika o de perdida joder con zumbido en el oído. Los colores oscuros atraen a las mosca tse-tse y resulta que su picadura es mas dolorosa que el disco de Ska de la banda. La mezclilla tarda mucho en secar. El camuflaje esta reservado exclusivamente para el ejercito y no queremos ningún lío internacional. Y el animal print ps, si es de muy mal gusto…

Entre los preparativos y documentación pre-viaje, @alicedice me regaló una suite de libros de lo mas interesantes. Entre ellos recomiendo «Whatever you do, don’t Run» que se trata de las aventuras de un guía de Safaris, de lo mas divertido. Además de que me dio una buena idea de que esperar en la experiencia.

En fin, hasta ahorita mis vacaciones han sido una montaña rusa de emociones y aprendizaje, y eso que todavía no empiezan.

Roar

 

Faltan 21 días para la primavera. (En el hemisferio Norte)