El año pasado fui mucho al cine. Casi religiosamente cada viernes era cine con whiskey.
A veces fui solo, aunque la mayoría de las veces fui acompañado. Vi terror, ficción, drama, comedia. Películas malas, películas buenas. Mi mente débil asimiló una canción de Pitbull y casi empiezo a tomar Pepsi. Me aprendí los pasos de baile del Verano Cinemex, así como los comerciales de los Yuppies celebrando del Palacio de Hierro, y el de la cerveza y el perro. Hasta saqué mi credencial de invitado y aprovechaba el 15% de descuento al comprar por teléfono con tarjeta de crédito.
Disfruto mucho la experiencia del ir al cine, aunque las cadenas exhibidoras hagan todo lo posible para arruinarla.
Cada semana el karma se reía de mi poniendome calamidades en la sala de cine. Mas de una vez las luces no se apagaron al iniciar la película y tuve que salir a avisar. La clásica Bocina estallada en la película de acción. La épica vez que la proyección no tenía ni un color rojo. Las proyecciones oscuras en 3D. La ventana abierta del proyeccionista donde el sonido delproyector es de mas alta fidelidad que el de la película. En fin, el infierno para un moviegoer mamón como su servidor.
Cabe mencionar que lo que tengo de mamón, lo tengo de masoquista, por que a pesar de todo fueron pocos viernes los que falté. Siempre esperando que esta vez si iba a tener una proyección sin problemas. Muchas veces salía pensando en escribir un post, un tweet, o hasta abrir un blog dedicado a pifias de exhibición.
Parte del entrenamiento al que fui sujeto en mi juventud de cácaro (Además de aprenderme el nombre del gato y sus amigos), incluía asegurarse que la película empezaba bien, en foco, en cuadro, el volúmen siendo el adecuado, las cortinas abiertas, y hasta el clima de la sala. Realmente le echaba ganas. En el Trailer de la Edición especial de Star Wars, me gustaba hacer un cambio de monoaural a digital en el momento en que la nave sale de la tele. Se oía de huevos. No se alguien apreciaría eso.
¿Será tan raro encontrar un cácaro que disfrute lo que hace?
Pero en fin, no quiero acabar escribiendo un post de viejito hablando de «En mis tiempos…».
Hoy fui al cine. (Cinemex WTC Platino, Sala 5, 18:55)
A la película le desaparecian los títulos y la imagen se iba para que regresaran. Como si alguien la estuviera reseteando o asi. Y un mesero tiro su charola con palomitas y refrescos encima de mi…
Nada que no me haga regresar la semana siguiente… snif! (Man of Steel!)
Yo también estuve yendo al cine casi cada semana los últimos meses (obviamente se me acabó el veinte ahora). Se me hace que te hace falta una limpia cinematográfica o los cines de por tus rumbos están achacosos, porque con una frecuencia similar, no me fue ni remotamente tan mal.