Almorzamos casero muy sabroso, y llegó Scott un amigo escocés de Michelle que fue con nosotros al juego. Salimos temprano esperando anticiparnos a la muchedumbre.
El estadio Al-Bayt queda a 40 y poquitos Km de Doha, manejamos poco más de una hora, contando el tráfico ya cercano al estadio. Las autopistas de Qatar están bastante profesionales, 3 o 4 carriles muy amplios y todo plano y recto. Las ventajas de construir en el desierto.
Lo que sí es una desgracia es el conductor promedio, todo el camino hay que cuidarse de carrazos a toda velocidad cambiando carril como si fueran el único en la vía. Mal, mal.
Nos dirigieron a un estacionamiento como a 2km del estadio. Porque algo qué hay en el desierto es lugar para estacionarse. Y nos fuimos con mucha calma siguiendo los ríos de aficionados hacia el estadio.
El Al-Bayt es uno de los estadios que más tenía ganas de conocer. Está diseñado inspirado en una tienda beduina y todos sus acabados interiores son de tela como tienda. Una chulada.
En este mundial hay muy pocos boletos físicos. La mayoría tenemos los boletos en el teléfono en la aplicación de la FIFA. Los boletos están inactivos y hasta que uno está en las cercanías del estadio el mero día del juego, se activan y aparece el código QR para entrar. Además el código es dinámico y no se le puede sacar captura de pantalla. Vivir en el futuro.
En la explanada antes de entrar nos encontramos con un stand oficial que regalaba banderas “de cortesía”. Se me hizo muy curioso. No se si porque los locales no sabían que había que llevar bandera, o si así vaya a ser en todos los estadios, o a lo mejor se acostumbra en todos los mundiales. Como fuera me hice de una bandera de cada equipo para apoyar a conveniencia.
El estadio por dentro es una maravilla de bonito, hasta olía a nuevo.
Hace algunos meses, cuando compramos los boletos para los juegos, los únicos que había disponibles eran para discapacitados, y por un afortunado error los compramos y posteriormente nos enteramos de que había una categoría de acceso especial para los que tienen un alto indice de masa corporal. Ese día corrimos a un Dr Simi para que nos hiciera una receta que indicara nuevo peso y estatura para subir la evidencia para que nos dejaran los boletos, que además estaban sospechosamente baratos. Todos estos meses estuve un poco escéptico y tenía mucha curiosidad de nuestros lugares.
Efectivamente cuando llegamos a los lugares estaban de buen ancho, ademas de acolchonadito, estaba increíblemente bien ubicado justo atrás de la porra de Ecuador. Barato, cómodo y bien ubicado. Así como me lo merezco.
Durante el juego nos enteramos que los organizadores habían dejado una bolsita con recuerdos y souvenirs en cada asiento del estadio, pero en nuestro lugar no había nada, pero bueno, unas por otras.
La ceremonia estuvo muy bonita, creo que Qatar está usando a las mascotas de mundiales pasados en un intento de emular nostalgia y ganar un poquito mas de aprecio con la banda internacional.
En el momento que salió el Emir el estadio estalló en ovación. Es un rockstar local y por lo que veo lo quieren mucho.
Hubo varios momentos durante el evento que delataron la novatez del país con respecto al fútbol. Uno de ellos fue la compra de bebidas y alimentos. La verdad no había muchas alternativas, Coca-Cola, Cerveza sin alcohol, papitas y chance un hotdog. El personal estaba batallando para atender a la gente, uno hubiera pensado que con tan pocas alternativas el servicio hubiera sido mas sencillo, como en cualquier estadio: Cerveza, coca-cola, pagas y vámonos con el que sigue. creo que les faltaba ese callo.
Un punto que si de plano me cayó muy mal y hasta me puso de mal humor es que en el Estadio y en los puestos de Mercancía oficial FIFA, solo aceptan VISA y Efectivo. Y a mi que solo traigo Master Card y AMEX que me lama un chucho. Hum.
En todos los documentales que vi de los estadios, los alababan por su lujo, alta tecnología y Aire acondicionado para jugadores y aficionados. El aire acondicionado es real y combinado con el viento del desierto hacía un frío calador. Sirva la experiencia para llevar pantalones y chamarrita en el siguiente juego.
Nuestro lugar estaba justo detrás de la porra de Ecuador, que traían un muy buen ambiente. Nos aprendimos y cantamos varias de sus porras, sobre todo un cántico que decía “Queremos Cerveza, queremos cerveza”.
Al otro lado de la cancha estaba la porra Catarí, que estaba sospechosamente coordinada en bailes y cantos. También estaba curiosamente en una zona muy limitada, casi como que uno pudiera pensar que estaban entrenados y pagados para parecer que se divirtieran, pero uno no es así de malpensado.
Para el medio tiempo, los anfitriones ya iban perdiendo 2-0 y los aficionados decidieron que era suficiente futbol por el momento y el estadio se empezó a vaciar. Como que todavía no le agarran bien a la onda del Fut.
Los que nos quedamos al final, salimos de forma ordenada sin ninguna novedad.
Terminamos el día cenando pizza y agotados pero muy contentos por la experiencia en general.