Como yo ya tenía mis boletos para el segundo concierto hice lo que cualquiera hubiera hecho, pasé el Tip a quienes lo pudieran ocupar y medio me olvidé del asunto.
Al siguiente día después de pensarlo un poco tomé el teléfono, mi tarjeta de crédito y me hice de un par de boletos nivel cancha para el primer concierto.
Ah! pero que acertada decisión
Desde el fin de semana la yutumanía invadió la ciudad y me contagió. El lunes ya andaba metido en foros donde enteraban minuto a minuto el campamento-fila en el azteca, el concierto de monterrey y todos los pormenores de la visita de U2 al país.
El martes me eché severas sesiones de escucha continua de u2 con especial aferre en «Out of Control» y «Running To Stand Still».
El miércoles organicé salir de la oficina a medio día y al grito de zas! ya estabamos en camino.
Mi plan era un gran plan. Salir de la oficina a las 2, llegar a mi casa alrededor de las 3, comer algo y salir en tren ligero al estadio, llegar gozar como enajenados y regresarnos en tren ligero, enjuagar y repetir.
El periférico no estuvo de acuerdo con mi plan. Especialmente en la parte de llegar a mi casa en una hora. Una pinche hora y cuarenta y cinco putos minutos después andabamos apenas por el estadio azteca y el periférico seguía de necio.
En un minuto le hicimos reingeniería al plan y como andabamos ya por el estadio me estacioné en una calle lo suficientemente cerca para caminar y lo suficientemente lejos para evitar conflictos viales.
La prioridad era llegar al estadio lo mas temprano posible para conseguir buenos lugares en el estadio. Una vez con «lugares» (léase, lugar = cachito de cancha) con respecto a la comida, WC y otras necesidades de primera importancia «Dios Proveerá» pensé.
Llegamos browseamos los souvenirs, le dimos la vuelta olímpica al estadio, entramos, encontramos un clarito a eso de media cancha y nos lo apropiamos.
Estuve esperando a que Dios Proveyera, y lo único que proveyó en toda la tarde fue una Coca Cola. Cheil!
Salvo unos pocos clásicos sujetos que a toda costa se querían abrir paso entre la gente para estar hasta el frente a pesar de haber llegado mas tarde, en general el ambiente estuvo socialmente muy relajado, todos eramos amigos. Físicamente no estuvo tan relajado ya que hubo que aguantar muchas horas de estar parado, sentado, hincado y algunas posiciones insospechadas, hasta que empezara el show.
Entre la multitud cruzamos palabras con algunas personas de entrada agradables, un cuate de Guadalajara, otro de san Luis y una señora que iba acompañando a su hija postpúber.
Un poco atrás de nosotros había una zona VIP, que supongo que era el lugar del dueño del estadio y sus cuates. Entre los cuates del Sr Azcárraga alcance a reconocer a los Café Tacuba y a Martha «mami» Higareda, entre algunas otras semi-celebridades que la verdad no reconocí.
Justo cuando meditaba en cual sería el record Guinness de las piernas mas entumidas del mundo, o si en situaciones extremas el entumimiento de piernas pudiera provocar la muerte, empezó a tocar el grupo abridor, Secret Machine.
Para mi la existencia de Secret Machine, era precisamente eso, un secreto y pues ññññeeehh, bien a secas. Igual y si me los ponen un sábado por la tarde, sentado en un sillón cómodo, con un trago en la mano y con pleno flujo de criculación sanguinea en mis piernas, hasta me agradarían. Pero aún así se me hicieron medio emo-azotados (que no necesariamente es malo).
Los aguanté dignamente con la consciencia de que eran mero trámite para poder ver el espectáculo por el que pagué. Aunque las otras 84,999 personas en el Azteca no fueron tan pacientes y los abuchearon mucho. Han de ser gajes del oficio, pero se me hizo de mala educación.
Por fin como a las 9:20 de la noche se apagaron las luces y la emoción barrió el estadio. Empezaron con City of Blinding Lights y prendieron de inmediato. Me emocioné mucho y todo lo demás se me olvidó.
Me acordé de Eva que va mas seguido a conciertos de U2 que al dentista y en su ultima reseña platica cómo al último que fue lo tomó cool, estoica y conocedora. Yo no estoy tan entrenado, se me encuero el chino mas de una vez y acepto que hasta lagrimé en un par de canciones.
Siguió con Vertigo y el Estadio Azteca lleno se aventó el respectivo 1,2,3..14! que cimbró el lugar. El Estadio Azteca lleno impone y mucho.
En el boleto de entrada, hay unas letrotas grandotas que dicen «No Camaras No Video» y la amenaza general es que si te cachan tu cámara te la quitan, la azotan en el suelo hasta romperla, te sorrajan un par de sopapos y te tratan peor que cubano expulsado del Sheraton. (Aunque igual y exagero…).
Aqui es donde entra la industria del celular al quite. Sobre las cabezas de la gente se alcanzaban a ver miriadas de celulares con cámaras de foto, video y grabadoras de audio. De hecho la pareja que estaba frente a mi se sicronizaron para grabar una y una cada canción del concierto. Y aunque pensé acerca de lo chafa que es vivir el concierto a través de un celular, no deje de tomar algunas fotos y videos con mi cel. En fin…
Después de vértigo vino Elevation, lo cual estuvo medio raro. A mi parecer el sonido estaba fallando y la guitarra se escuchaba un poco viciada, los coros que hacía el público sonaban a que se habían quedado en vértigo y sumado a que elevation no es de mis favoritas, estuvo medio incómodo el momento.
Después se descolgaron con, Misterious ways, Until the end of the world, New year’s day, Still haven’t found what I?m looking for y Beautiful day.
Acto seguido Bono empezó con el Cielito Lindo, (esa seguro se la sabían todos) y las 85mil personas lo seguimos mansitos. El Azteca se estremeció.
Luego se aventó uno de esos palomazos que acostumbra y cantó algo que no reconocí por ningun lado, ya luego me enteré de que fue Norwegian Woods de los Beatles (!).
El show siguió con Original of the species, Sometimes you can’t make it on your own, Love and Peace or Else, Sunday Bloody Sunday, Bullet the Blue Sky/Hands That Build America/When Johnny Comes Marching, Miss Sarajevo (Y no le hizo faltaPavarotti!), Pride, Where the streets have no name y One/Unchained melody.
Luego un primer Encore de, Zoo Station, The Fly, With or Without You. Y otro encore de All because of you, Yahweh, y finalmente 40 que nos dejo coreando el coreable coro de «How long…».
El concierto se fue rápidamente a mi top 3, estuvo fantástico. Tenía mucho de no ir a un concierto y cantar todas las canciones. Brinqué, grité y agarré un modo «Natural High» como pocas veces. Las 2 horas y media se me fueron como agua.
Porsupuesto me quede con ganas de escuchar, Bad, All I Want is You, Running to stand still, Stay o alguna del incomprendido «Pop» que, contrario a la opinion general, es uno de los álbumes que mas me gustan.
Aún así, salí muy muy contento y tengo la esperanza que hoy por la noche toquen algunas de las que quedaron a deber anoche.
Aún me duelen los pies, pero ah! como lo valió.
Que pena, el comentario de U2 y el dentista es estrictamente cierto! (y si voy al dentista). Oyeme, si hasta eche las de cocodilo en un par de canciones, no fui taan estoica. Si algun dia tocan «running to stand still» va a llover pa’ rriba. No nos dejes de contar sobre el segundo!!.