El viernes, programé todo fríamente para despertarme antes de que cortaran el agua caliente y lograr llegar a tiempo al bufette (del desayuno no de abogados), sin sacrificar ni un minuto de sueño. (Ah! pero que fácil se puede acostumbrar uno a las vacaciones).
Como era el día de la boda la mayoría de las personas estaban corriendo por todo Puebla como el oso de la caricatura. Mi familia en un modo mas cool, nos tomamos las cosas con mas calma. Mientras mis padres y hermanos se subían al turibus Poblano yo me dispuse a buscar la canción solicitada por mi prima.

Por mas que hubo momentos que me sentí bien geek por andar cargando laptop conmigo, entre los discos de la fiesta del miércoles y la búsqueda de la canción realmente se pagó.
Siendo novato en el asunto de andar con laptop, puedo decir que el wireless la neta, me senté en medio del patio a comenzar mi búsqueda. Un par de horas después ya conocía 6 versiones distintas de la canción: En vivo, con Gaitas, con el coro real de eunucos, En Jazz, huaracha y marimba, pero no encontraba la versión que querían los novios. Cheil!. Supuse con calma que era cuestión de tiempo y hasta maté un poco.
El pánico entró cuando me notificaron que la ceremonia iba a ser una hora antes de lo que yo pensaba, y faltando 20 minutos, como si estuviera en una mala película gringa, la encontré.

la capilla y el vestido de la novia fueron adornados por los amigos Alemanes Gays de mi prima, que fueron algo así como «Queer Eye for the Straight Guy Does Cholula».

La ceremonia «religiosa», no se le pudo llamar religiosa ya que no participó ningun dirigente eclesciástico, tampoco se le pudo llamar civil, ya que no hubo un juez. Fue mas bien… mmmh… familiar.
Con los novios en el centro Todos mis tíos pasaron a decir un breve discurso acerca de la unión de los novios, muy emotivo. También los mejores amigos de la pareja se esmeraron y escribieron un discurso hablando de cada uno en particular y como pareja. Lo que estuvo perrón fue que se lo aventaron Trilingüe, Español, Alemán e Inglés, lo que prolongo la ceremonia como si fuera sesión de la ONU. Al final mi Papá estaba agradecido que no tenían amigos chinos y/o rusos.

Después de la ceremonia me quedé con un poco de mal sabor, ya que todos mis tíos habían pasado a decir unas palabras menos mi papá. Lo cual se me hizo medio gacho siendo el el mayor de la familia. Traté de no darle mucha importancia, pero mi madre que estaba mucho mas indignada que yo me acabó de completar el coraje. Cuando entré al salón de la fiesta ya estaba de malas y me dispuse a hacer un esfuerzo para hacer el cambio de humor. No es posible estar de malas con una fiesta de ese calibre enfrente.
Entre la ensalada y la sopa, el humor me empezó a cambiar. Mucho ayudó a que me tocó en una buena mesa y que Jerome y yo al fin habíamos coincidido en el reventón.

La boda fue un éxito, hubo baile, alcohol, diversión y gozo a granel.
Uno de los highlights de la fiesta fue que uno de mis primos (del que ya se sabía pero no oficialmente), entre copas y música Disco se decidió a salir del closet agarrándose a sendos lengüetazos y arrimones con uno de los «Queer Eye» alemanes, entre algunas miradas de asombro y otras de horror por parte de algunos tíos que discretamente mandaban separarlos. Yo me divertí como enano.
La verdad no me acuerdo a que hora llegué a mi hotel, pero recuerdo que hubo mariachi y unos chilaquiles muy buenos. Ah! como me gustan las bodas!

Al otro día sin pensarlo mucho me regresé al DF, con la triple razón de evitar las carreteras de fin del verano, jugar SW Galaxies hasta hacerme bizco y aventarme una tarea de Microeconomía que tenía pendiente por ahí.

Por lo pronto para aguantar la idea de ésta semana de regreso a la oficina, me espera otra boda este fin de semana (Que pinche afán de la gente por casarse).
Esperemos que mantenga el nivel.