Mi película favorita de Disney es el Libro de la Selva.
Influyó que, como parte de la generación pre-VCR, junto con mis hermanos, teníamos y escuchabamos incansablemente el disco LP con el audio de la historia. Entonces los LP’s eran, junto con los cortos de 3 minutos del proyector Super 8 de mi papá, una de las pocas formas que uno tenía de acercarse a las películas fuera del cine, al menos para el segmento infantil. (Aunque, sin duda, hubieran estado buenas las versiones de Contacto en Francia o Deep Throat en versión LP, con su librito ilustrado y todo)
A pesar de que algunos Tíos y primos mayores me llamaban ocasionalmente «Mowgli», mi favorito siempre fue Baloo el oso.
Una vez pasada la adolescencia, redescubrí el Libro de la Selva y la filosofía del Oso con la voz de Tin Tan. «Busca lo mas Vital Nomás» Ah!, pero cuan cierta es.
Me gusta ir como Baloo. Solo que se me había olvidado. Afortunademente me lo recordaron ésta semana frente a una taza de Brea con sabor a café.
Creo que estoy listo para emitir un Decreto oficial de Felicidad (DOF), lo voy a redactar.
Por lo pronto hice una lista de cosas terrenales por las que tenía que empezar. Entre esas cosas acabé corriendo a uno de mis asistentes (Cheil!), pero bueno, todo sea por tener la actitud de oso de nuevo.
Otra actividad en la lista es buscar trabajo en vez de escribir posts como este, pero bueno, paso a paso…
We Hate it When Our Friends Become Succesful.
Nunca pudo estar Morrisey mas equivocado.
Desde aquí mando felicitación y cebollazo a mi buen amigo-casi-hermano Verde, que ayer le dieron un título que certifica que sabe un chingo acerca de como funcionan cosas muy pequeñas dentro la gente. (Si alguien logra ese nivel de conocimiento pero de toda la persona as a whole, por favor hágamelo saber).
Por lo pronto hoy hay pachanga para celebrarlo. Celebremos como el Oso.
