Ya van a ser las 10 y sólo ha venido un grupo de 5 niños.
¿Qué voy a hacer con 75 Tutsi Pops?
Ya van a ser las 10 y sólo ha venido un grupo de 5 niños.
¿Qué voy a hacer con 75 Tutsi Pops?
¿Cómo Morir?
Morir de Risa
Morir de Sueño
Morir de Miedo
Morir de Ganas
Morir de Hueva
Morir de la envidia
Morir de Coraje
Morir de Amor
Morir de Aburrimiento
Tengo la impresión que la mayoría de los mecánicos nomás se asoman al motor, ponen cara de «ya valió madres» y cobran el dineral por cambiar una bujía.
Por eso, para reparaciones medianamente importantes es necesario recurrir a algún mecánico de confianza. Y como siempre en estos casos, triangulé la confianza y llevé el coche con el mecánico de mi Papá.
El coche estuvo de un día para otro y aunque el radiador nuevo resultó chino (3 veces mas barato y con una vida esperada de 2 años), todo se ve en órden.
Hoy fui a recoger el coche al trabajo de mi papá y aproveché para comer con el.
Le comenté que el fin de semana me voy a Aguascalientes y aprovechó para contarme de las dos veces que se fue con sus cuates a la Feria de San Marcos.
Me contó que una de esas veces, antes de salir a carretera el y sus amigos pasaron a comprar una botella hielos y refrescos. A mi papá le tocó manejar y llegando a la feria vio con horror como sus amigos habían acabado con la botella y no le habían dejado ni un mísero trago. Desde entonces cada vez que alguien le pregunta cuánta distancia hay a Aguascalientes, la respuesta es «Una botella de Añejo».
También cuenta que una noche agarró el pedo jugando y apostando, y recuerda vagamente que algo ganó antes de irse a dormir. Al otro día llegando al casino todo mundo lo saludaba por su nombre y era una estrella. Ya luego le contaron que la noche anterior había apostado como High Roller y ganado en las jugadas mas descabelladas. El no recordabá nada.
Me gusta escuchar esas anécdotas de mis papás. Es bueno despapificarlos y verlos como personas normales de vez en cuando.
Quedé de verme con mi amigo Rick y nos lanzamos al centro cultural de Ciudad Universitaria.
Llegamos justo en punto pero los boletos se habían acabado. ¡Cheil!
Pusimos en práctica el plan B, que era irnos al estadio a ver Pumas vs Cruz Azul, aprovechando que Rick le va al Cruz Azul y yo a los Pumas.
Andar por CU me trae una sensación peculiar, como de «orgullo culpable». El orgullo viene de haber pasado una gran época en la UNAM y la culpa por haberla dejado. Siento que los años que estuve debí haberlos aprovechado mas.
En fin, finalmente los Pumas perdieron y Rick tuvo que disimular su gozo al menos mientras salíamos del estadio.
Por cierto, hablando de aficiones y aficionados, en el estadio, cerca de nosotros había una pareja.
El sujeto tenía puesta con orgullo su playera del Cruz Azul y cuando cayó uno de los goles la afición Puma enardecida le arrojaba vasos de Cerveza (Vacíos sorprendentemente) como desahogo.
El sujeto estoico y resignado asumió las consecuencias de ir con la remera del equipo contrario a sentarse en frente de una de las aficiones mas hard core del país.
Fue su novia la que se volteó y arremetió con gritos y mentadas de madre contra la Ultra y la Rebel juntas.
Al ver esto el Rick sabiamente me comentó: «¿Por que siempre es la mujer la que se pone al tiro en estos momentos de obvia adversidad?»
Cuando cayó el segundo gol azul, seguridad del estadio fue a pedirle al sujeto que se pusiera su sudadera si quería salir en una pieza.
¡Ay, Universidad!, ¿Cómo no te voy a querer?
Sin mayor pretexto dejo esta bonita canción que he traído todo el fin de semana.
Creo que recuerdo vagamente haberla visto en cartelera, pero me pasó de noche. Tal vez si entonces me hubieran dicho que la dirige Danny Boyle habría despertado un poco mi interés.
La película trata de que en un futuro apocalíptico el sol se está apagando y desde la tierra mandan un par de expediciones para que lo prendan de nuevo.
La primera expedición fracasa incluso antes de que empiece la película, y siete años después se organiza otro grupo que es del que se trata el filme.
Los 8 tripulantes del Ícaro llevan, para prender al Sol, una especie de Bomba del Tamaño de Manhattan en una nave que es 80% un escudo para protegerlos del Sol.
Se pone interesante cuando llegando a Mercurio se encuentran con una llamada de auxilio que proviene de la primera expedición y tienen que decidir si continuan con su camino o se arriesgan a desvíarse para ir a ver que fue lo que pasó en la otra nave y ver si está en condiciones para tener así dos chances de echar a andar al sol.
Me gustó. Le quedó bien al Sr Boyle, ciencia ficción bonita.
Ya no me fijé si era un screenplay original o estaba basada en alguna historia/cuento, se me antojaría leerlo.
Y en el episodio de hoy de: «¿A que pinc&%#$he hora me hice adulto?», a Mau le da gusto que se cancele el Brindis progamado en un Bar en viernes por la noche, para poder ir a lavar ropa a su lavadora poseída por un demonio pagano.
No le Cambie
Hoy platicando con la única chica que pudiera llegar a la clasificación de crush oficinal, vi con desilusión una argolla que parecía matrimonial en su dedo. (Mmmh eso no estaba ahí antes).
En fin, tenía tiempo de no estar sin tanta presión y/o proyectos urgentes, las cosas están bajo control aún con todo y asistente en maternidad.
Y hablando de temas oficinales, tenemos nuevo Director del Changarro lo que trae incertidumbre en algunos niveles.
Mi jefa me comentó que le negó un día de vacaciones, esa no es buena señal, ojalá no se contagie la línea.
La semana pasada vi a mi amigo Emilio a quien tenia mucho de no ver, me dio gusto.
Se me hizo curioso que Emilio no conocía lo que sale en la página 3 de los diarios de la tarde.
Probablemente hoy me de una vuelta por el centro para ver como se ve sin ambulantes.
El viernes a la hora de la comida fui a un súper que queda como a 4-5 cuadras de la oficina.
Entre otras cosas compré algunos refrescos y cosas que hicieron las bolsas algo pesadas. Después de caminar un par de cuadras la circulación en las manos se empezó a cortar y a doler un poco. No me detuve y seguí caminando hasta llegar a mi coche.
Cuando solté las bolsas poco a poco mi mano empezó a recuperar color y sensibilidad, excepto el dedo índice derecho.
Hoy, tres días después, todavía traigo el dedo insensible.
Me veo a la mano y ahí está, se mueve y todo pero no lo siento como mío, es como traer un dedo prestado.
Ya fui al Dr. y me recetó vitaminas para desinflamar los nervios que deberían arreglar el asunto.
Fui pues, compré las vitaminas y leí la caja: «Solución inyectable» mmmta.
Luego luego me acordé de Nicholas Cage en «La Roca» inyectándose a si mismo un shot de adrenalina directamente al corazón y me pareció que igual y si podría hacerlo.
Luego medité y me imaginé en el peor de los casos inyectándome mal, jodiendome un nervio gluteal y acabando con un dedo y una nalga dormida. No rinde.
En fin, en lo que se desenlaza este asunto estaré escribiendo con un dedo menos.