Cuando me presentaron opciones para la estancia, me comentaron de un hotel barato donde la mayoría de la «Gente Joven» se iba a quedar. Sospechando la onda medio prángana de mi prima y sus amigos, y aprovechando que iban a dar tarifa preferencial por el evento, pedí que me reservaran un lugar en el Camino Real en lugar del hotel barato para quedarme como la gente.
Por un error de Logística+chamaqueada, acabé quedandome en el World Famous Hotel San Agustin Puebla. Mi primera impresión del hotel a las 4 a.m. de ese día fue «Cumple su propósito», e inmediatamente azoté a dormir.
Al otro día, ya con mas luz, pude apreciar detalles como el que el agua caliente se acaba a las 10:30 am, la regadera encima de la taza, y como ese hotel pudo ser la inspiración de «De piedra ha de ser la cama y de piedra la cabecera…»
El resto del Jueves en general estuvo flojo, alterné entre el Bar del Camino Real y una cama decente.
Para esa noche la actividad programada era un concierto (Liederabend en teutón) de música de Schubert, Brahams y Strauss cantadas por Harky, uno de los amigos gringos de mi prima, que resulto ser tenor.
A Harky lo conocí hace 5 años que visitó México, y yo lo recordaba como Eric de that 70’s show, así que verlo cantar de tenor en Alemán si fue algo curioso. Lo hizo muy bien.
Al acabar el concierto en cosa de nada ya se habían organizado y conseguido unas botellas para un «pequeño» Brindis. Para esas horas habíamos un grupo que barritábamos de hambre y nos fuimos en expedición a buscar unos Tacos Arabes por el centro de Puebla.
Una vez más, Puebla de los Angeles mostró su freses cuando no pudimos encontrar ninguna taquería abierta a las 10 pm en jueves. Cheil!
Acabamos en una Cafetería platicando con Gaby Banks, mi prima postiza gringa. Nos platicó que ahora trabaja de periodista de la nota roja en un perdiódico de Pittsburg (o ‘Pisbur’ como le corrigió mi primo Bat), y que una de sus mayores historias involucra a un hombre sordo que mató a su hermana sorda, en casa de sus padres, también sordos e increíblemente nadie escuchó nada.
A esas horas de la noche, después de regresar al brindis por un rato mas. Decidí que lo mas sensato era irme a descansar para poder estar completo en la pachanga de la Boda al día siguiente, así que le hice el feo a la idea de Jerome (Que le tocaba su día de fiesta) de irnos a algún Bar.
En el camino al hotel mi prima Amanda me pidió que si le podía conseguir la canción que ella y Sven iban a bailar como su primer pieza. El tema era un clásico de la música Celta según ellos famosísimo, pero que yo nunca había escuchado.
En fin, ya vería como buscarla al otro día.