Pero cuando uno empieza a ver las medidas tan drásticas y que implican que se empiece a perder dinero la perspectiva cambia.
Creo que lo que mas me sorprendió por encima de que suspendieran las clases en todo el país, que se jugaran partidos de fútbol sin público, o que después de 181 años se interrumpiera la feria de San Marcos, fue que el gobierno del DF, el del Estado de México y el gobierno federal se pusieran de acuerdo.
«Debe de estar grave el asunto», pensé.
Algo que he percibido durante estos días de crisis sanitaria (aparte del miedo, paranoia e hipocondria), es unión.
Hay un extraño sentimiento de solidaridad en el ambiente, como cuando le va uno al mismo equipo. El traer tapabocas es como traer la playera verde cuando juega la selección. La crisis nos une.
Lo cierto es que es muy desconcertante la amenaza fantasma, elegante, invisible. No tengo contacto directo ni conozco a nadie que se haya enfermado (afortunadamente), y creo que estadísticamente es díficil que alguien lo haga. Probablemente por lo mismo me cuesta trabajo poner en perspectiva la magnitud de la situación.
Un buen amigo mío, trabaja en la secretaría de salud del DF y en cual confío, ha puesto su FAQ de la Influenza. La cual exhorto a todos que visiten y lean.
Otra cosa buena que nos dejó este virus fue tanto buen Twitt al respecto. Me he divertido como enano.
Me encanta esta ciudad.
Don Mau,
viví un proceso similar al tuyo, de incredulidad a espanto, para mi el impacto fue cuando vi que hacienda movió las fechas del pago de impuestos, ahí dije, ay puto esto va en serio.
y coincido con tu apreciación del tapabocas. Yo odio el mío porque respiro y me empaña los lentes 😛 Pero si hay una especie de mirada de solidaridad, y ligeramente anti cara descubierta.