La primera impresión del chofer fue buena, nos pusimos a platicar de futbol. Nos recogieron en una camioneta con más que espacio suficiente para todos y pues fuimos vegetando en el camino. Creo que lo mejor de todo fue delegar la organizada y responsabilidad de los paseos.
Llegamos muy temprano al aeropuerto del Cairo y nos tomamos nuestro café para aguantar.
El vuelo de Cairo a Luxor, es de apenas 45 min, pero si uno trata de hacer el trayecto por tierra es un viaje de 15 horas!
Desde el aire la vista es un espectáculo, se ve el Nilo escoltado por franjas verdes en su ribera y luego el desierto hasta donde alcanza la vista.
En el aeropuerto de Luxor ya nos estaba esperando Mahmoud, de la agencia con la que reservamos el viaje.
La agencia resultó uno de los mejores aciertos. Cuando estaba buscando plan para ampliar las vacaciones, me metí a internet a hacer la investigación pertinente, en un punto estaba leyendo historias de horror en un foro de Lonely planet de nombre “Las peores experiencias con agencias de viajes en Egipto”. La idea era saber con quien NO debería de contratar. En el mar de historias y comentarios alguien mencionó que había tenido muy buena experiencia con Luxor & Aswan Travel. Los investigué y les pedí una cotización, en cosa de minutos me contestaron y se pusieron a mis órdenes. Respondieron todas mis preguntas y se adaptaron a todas mis necesidades. Incluso organizando el transporte Alejandría-Cairo a la mitad de la noche.
Nos recibieron con nuestro transporte listo con aire acondicionado, agua y snacks. Hicimos una escala para recoger a nuestra guía y nos llevaron directamente a nuestra primer parada el Templo de Karnak.
3000 años de historia en tu cara. Me abrumó hasta la lágrima. La guía nos fue explicando cómo el templo daba directamente al Nilo en época de marea alta hasta que construyeron una presa para contener al rio, o como el templo representa el viaje del sol desde el alba hasta el ocaso, o las marcas y grafito que hicieron las tropas napoleonicas y el nivel de la arena que cubría el templo en ese momento, o los cambios en la decoración que había hecho el naco de Alejandro Magno cuando tuvo chance.
También nos platicó las mañas de Ramses II, que le encantaba ir a templos y obras de otros faraones, rayar el nombre y poner el suyo. Por eso es de los más famosos y populares.
Y después de la explicación nos dio tiempo para vagar por su laberinto de columnas, esfinges y obeliscos para maravillarnos y tomar fotos. Tan solo aquí se pagó cada peso de mi viaje.
Saliendo del templo nos llevaron a una de esas tiendas para turistas donde te explican el proceso de la artesanía y luego se la quieren ensartar al incauto por precios exagerados. En esta tienda nos explicaron cómo es que se hace el papiro, lo cual estuvo bastante interesante. El problema es que si uno quería comprar algo, pues tenía que ser a fuerzas con motivos egipcios. No me vi colgando nada de eso en mi casa. Tambien, en el colmo de la ñerez, uso de los cuadros brillaban en la oscuridad. No me ofendió que me quisieran ver la cara de turista (lo cual soy y me acepto), lo que me ofendió fue más bien el mal gusto.
La siguiente parada fue el templo de Luxor, que está A 3 km del templo de Karnak. En la antigüedad ambos lugares se conectaban con una avenida con cientos de esfinges de cada lado y, lo que está haciendo el gobierno egipcio es expropiar todas las propiedades que ocupan ese espacio para restaurar la avenida. Dicen que lo van a acabar en unos meses y si, se ve que va a quedar muy impresionante.
El templo de Luxor, no es tan grande como el de Karnak, pero no por eso es menos imponente. Supuestamente era para gente más importante y VIP, pero las bonito de este lugar, es que como iba llegando la banda internacional a invadir Egipto, pues iban reciclando el lugar para el rezo según la moda. En el lugar actualmente hay una mezquita, y además se ven clarísimos pedazos griegos, romanos, y cristianos, además de las impresionantes estructuras egipcias.
Para estas alturas del día, el lugar estaba prácticamente vacío, lo cual estaba padre a la hora de las fotos. Le pregunté a la guía al respecto, yo me imaginé que todos estaban más bien en Karnak, que es un lugar más importante/popular. Me dijo que más bien que era por que éramos los únicos tontos que estaban al aire libre al mediodía con la temperatura arriba de 40 grados. Me cayo el veinte junto con la ira de Ra y terminamos la visita para irnos a almorzar.
Luxor es una ciudad de poco menos de un millón de habitantes y que sus principales actividades son el turismo y la agricultura. Mucha de la producción de frutas y vegetales para el sur de Egipto sale de aquí, sobretodo caña de azúcar. Y además es un pueblo muuuuy bonito, verde, limpio y ordenado. Ahora tengo claro que nuestra visita a Alejandría nos sirvió como referencia y para aquilatar lo bonito que es este lugar.
Fuimos a comer a un lugar de comida tradicional egipcia, que estaba bastante buena. Nada muy distinto ni muy aventurado.
Después de la comida nos dejaron en el hotel para registrarnos, relajarnos y prepararnos para nuestra actividad de la tarde.
El hotel fue otra agradable sorpresa, un lugar muy bonito, con habitación con vista al Nilo increíble.
La parada nos hizo muy bien a todos que debido a la mega desmañada, andábamos algo disminuidos. Pero nada que una siesta no pueda arreglar.
Ya por la tarde, la actividad fue un paseito en lancha por el río Nilo. Originalmente estaba marcado en el itinerario una Feluca, que es un velero de los de por acá. Pero por supuesta comodidad nos la cambiaron x una lancha de motor muy folclórica.
El pasea ha sido otro de los highlights del viaje, con un atardecer espectacular como solo África sabe dar.
Un detalle muy especial, fue que a mitad del paseo sacaron un pastel para cerrar el cumpleaños de Alice. Detallazo.
Acabamos el día cenando en el hotel en una sesión de pizza, plática y cervezas de lo más sabroso.