El otro día sin razón alguna me empezó a sangrar la nariz y se manchó mi corbata (La nueva por supuesto), tuve que salir a comprar otra. Compré una que no estoy seguro que me gusto, pero era lo menos pinche y que medio combinaba. Me costó cerca de 150 pesos.
Ese mismo día, un par de horas después, en un lapsus de pendejez, me tiré el café encima de la corbata.

Ando en modo incompleto, algo me falta y no estoy seguro de que sea.

Debería estar al menos contento por que se acabó enero, y Ya solo faltan 49 días para la primavera.

También conseguí jale para mi plan mundialista. Al parecer el hermano de mi cuate Huicho anda con la misma idea. Eso es bueno. Espero platicar pronto con el y tomar desiciones.

Resulta que el banco decidió que ya gano suficiente y el préstamo que como empleado bancario tenía derecho con mi otro sueldo ya no aplica. Habrá que ver otras opciones de liquidez para ese viajecito.

Si todo funciona bien el Maufest de este año, será «Der Maufesten».

Mi asistente encinta, se fue a la playa y me trajo como detalle un tamarindo. Es simpático que se acuerde de mi, asi sea en faceta «detalle» o faceta «lambiscona», de todas formas me cagan los tamarindos enchilados. (No se lo dije, por supuesto).

Hubo junta de la dirección general, de esas largas. Estoy esperando que me llame mi jefa para decirme algo así como: «Mau, tenemos este, este y este proyectos nuevos. ¿Como van, este, este, este, este y este? ¿Ya hablaste con fulano? ¿Y ya resolviste este otro tema?» Todo con un tono de «Wey! ni haces nada!». Estoy listo material y espiritualmente