Como siempre disfruto caminar de la oficina a la estación del metro, ahora aprecio el horario de verano, todavía hay luz cuando voy a casa. Veo el atardecer. El ipod pone una selección bastante atinada para ir construyendo el mood.
El metro va especialmente lleno, se me plantan vendedores de CD’s piratas con sus mochilo-bocinas justo enfrente. Cacofonía. 11 estaciones, hace calor.
El tren ligero va aún mas densamente poblado, el calor se eleva, los olores se intensifican, el aire es cada vez mas pesado. Calor. Sudor.
Salgo del convoy, apenas he caminado un par de metros por el parque y el viento empieza a soplar, se escucha el rugido cuando pasa a través de los árboles. Llueve.
Las gotas de lluvia son del tamaño exacto y la intensidad es la adecuada. No es ni chipi-chipi ni es un aguacero. Refrescante.
Me quito la corbata, el saco y volteo hacia arriba. Las gotas me mojan la cara y el viento me acaricia y revuelve el pelo. Huele a lluvia. Camino sin prisa alguna.
El ipod coopera, suena Dream #9.
Sonrío.
Me gusta la primavera.
admiro eso… yo siempre quéjame y quéjame pero te leo y digo bueeeno por lo menos alguien normal