De un par de años a la fecha, a raiz de un incidente sentimental (lease: una vieja) he sido partidiario y practicante del Raciocinio del sentimiento y la inteligencia emocional. Con resultados algo confusos.
Los últimos post de Verde y Alice en éste Blog, me han puesto a reflexionar en mi postura y en algunos otros debrayes.
Entre los puntos que comparto y creo que son muy acertados está el concepto de que somos «Seres completos» y al aceptarlo, asumirlo y aprender a vivir con la completez de uno, es más fácil andar entre las completeces e incompleteces de los demás.
Ahora un par de citas textuales
Verde Dice:
Que una persona sea muy compatible hoy, no implica que lo sea mañana, por lo que el nuevo reto con el que nos enfrentamos actualmente es el de unir voluntades y a tener claro que las voluntades pueden cambiar unilateralmente.
Alice Dice
La persona que te dé la razón más alta es con quien elegirías quedarte, ergo, tu alma gemela. Y no hay felicidad mayor que la obtenida por esta persona, porque si la hubiera, cambiarías de pareja, así cumpliendo el postulado de que no hay mayor felicidad que la obtenida de estar con tu alma gemela.
Eso suena demasiado civilizado, educado y utópicamente sencillo. El modelo es bueno, pero hay demasiadas variables como para que funcione tan suavecito. La verdad es que el enamoramiento tiene una gran parte de irracionalidad, como animales que somos y eso lo hace impredecible e intenso.
El razonamiento de las relaciones de una forma analítica y la toma de decisiones de acuerdo a ese análisis, se antoja como lo mas apropiado. Pero a mi gusto le quita lo divertido.
En este tiempo en el que en mi organigrama se le ha delegado la toma de decisiones a la cabeza sin pedir VoBo al corazón, me he divertido menos que cuando la responsabilidad era compartida.
En las relaciones en las que he estado participando o en las que he querido participar, de un par de años a la fecha, he tomado decisiones como si fuera (Dios me libre!) contador, fijandome en el costo-beneficio que cada acción y/o actividad me dejaba. Al principio supongo que lo hice como método de defensa para que mi corazoncito no sufriera de más, como la última vez, pero conforme sigo aplicando esta técnica mas vacío e insatisfecho me siento.
Al menos esa es mi conclusión experimental.
Creo que sería posible ajustar la fórmula de Economía del amor que menciona Alice alegando que tanto el Beneficio total del amor y el Costo total del Amor son subjetivos y propios de cada quien (¡ooooh, ps cada quien!), pero cada vez me convenzo mas que no es sencillo ni práctico tratar de teorizar el amor.
Creo que si se vale idealizar la búsqueda, aunque no al grado de esperar a la pareja que va a resolver todos mis problemas, inseguridades y realizar todos mis sueños sino en un punto medio, (mediocre diría Mal Bicho). Pienso que ese cachito de fé y de ilusión nos hace humanos. De lo contrario, acabaríamos como el Sr Spock, que a todo le echa coco y generalmente es de hueva. (Referencia super geek pero me gusta para ejemplo)
Yo creo que no hablamos tanto en este momento sobre el inicio del amor, sino sobre el mantenimiento del mismo.
La parte irracional de enamorarse es muy chida, pero sobre eso habría que construirle y yo creo que las reflexiones van mas en ese sentido. Porque si, si uno quiere iniciar desde el cerebro, las cosas terminan siendo prácticas pero carentes de pasión.
Yo también creo que el amor embabosa. La pregunta por ejemplo, es porqué se acaba, porqué dejan de funcionar las relaciones, porqué abandonas relaciones que si funcionan, porqué te enamoras de quienes no te corresponden.
Ta chido tu post 😛
Hey!, yo me identifico mucho con Spock y no soy de hueva!!
*pensando*
este…
*sigue pensando*
y bueno… de qué hablábamos? ah sí, de teorizar… no, es bueno teorizar, pero es mejor amar.