Me hubiera gustado mucho ir a un juego al Blaugrana para verlos jugar como Marx manda, pero las fechas en que estuve por allá no coincidía con ningún juego.
Pero no todo estaba perdido, resulta ser que para esas fechas estaba programado un entrenamiento a puertas abiertas del club que segun Víctor, eran poco comunes.
Fuimos pues.
Cuando llegamos al estadio de prácticas ya estaba abarrotado y ahí en la cancha estaban Rafa Marquéz, Et’o, Thuram, Messi, Saviola, Puyol y el resto del equipo echándose unas cáscaras. (Por supuesto la diva Ronaldinho era el único que faltaba).
Armaron sus retas y se pusieron a jugar, no se si así juegen siempre pero les salían unas jugadas de fantasía mamonsísimas. Realmente estuvo bueno y lo disfruté.
Acabando la práctica, como el resto de la fanaticada fui a la tienda del estadio y me hice de algunos souvenirs oficiales del club.
Aqui fue el punto cuando nos dio hambre, hicimos un par de intentos fallidos para encontrar algun lugar acorde y digno y finalmnte me llevaron a la Champagnería.
La champagnería está al sur de la ciudad y es un lugar donde, segun me cuentan, siempre está optudimoder lo cual no es pretexto ya que uno come parado ahí donde encuentre hueco.
La especialidad del lugar son las bocatas hechas de una rica variedad de embutidos distintos y deliciosos, y el champagne que se encuentra al amable precio de 3E la botella. El duende de la gula hizo su aparación.
Caminamos un poco para bajar la comida, lo suficiente para hacer compras de alguno que otro regalo. Ayudado del gusto de Femenino de Meche, las compras fueron rápidas y expeditas.
Hicimos escala para bajarnos la comida con un helado.
Caminamos luego por las famosas Ramblas. Me llevaron a tomar una cereza a un Bar llamado: «El Bosque de las Hadas«. El bar estaba ambientado con árboles, sonidos y luces que simulaban bosque de cuento, de vez en vez la luz bajaba y se escuchaba ruido de lluvia o se alcanzaba a ver una luz de estrobo entre las ramas simulando un hada. Gran lugar.
Tomamos luego una ruta comercial para hacer mas compras y llegamos ya tarde a casa.
Si tuviera que resumir el día en tres palabras serían Fútbol, comida y compras.
El otro día en Barcelona lo use para visitar la Zona de Montjuic que cuyo atractivo mas popular era toda la zona olímipca de Barcelona ’92 (aquella olimpiada donde la mascota era una goma de borrar con forma de perro clueco).
Camino al monte, casi fui atropellado por una caravana de autos que se dirigían al Ferrari Relay, una exposición de los 60 Años de Ferrari, cada coche que llegaba estaba mas mamón que el anterior.
Caminé por los caminos de Montjuic y las instalaciones olímpicas. Llegué al estadio olímpico. Le dí la vuelta y encontré una entrada a las gradas. Dicen que normalemente dejan pasar al campo por la entrada del maratón, pero ese día no se podía por que había juego del Club Espanyol, que es otro equipo de Barcelona un poco menos popular (Algo así como el Atlante) y pues no dejaban pasar.
También en Montjuic había un museo del deporte y uno con una colección de Miró, pero los pasé de largo, mi intención era subir a la cima del monte donde hay un castillo con un museo militar. Casi desisto cuando vi que el teleférico para subir estaba fuera de servicio, pero recapacité y acabé subiendo a patín.
Salí ganando al subir a pie por que los jardines estaban muy bonitos, llenos de color y como acababa de llover olían rico.
El castillo estaba simple pero padre. Conforme me iba acercando me imaginaba una estrategia de defensa. Donde pondría infantería, armas, en fin me gustó como para jugar a la guerra.
En el Museo por mas que me resistí aprendí algo, como por ejemplo que en la guerra civil
española se probaron muchos prototipos de armas que finalmente se perfeccionaron para usarse en la segunda guerra mundial. Por lo que el museo estaba lleno de armas rarísimas.
La vista desde arriba también estaba bonita, de un lado la ciudad y del otro el puerto.
La bajada como siempre estuvo mas fácil que la subida.
Al bajar de Montjuic caminé por la ciudad pendejeando sin rumbo fijo, de vez en cuando entrando a tiendas para protegerme de la lluvia. Me llegó el feeling de domingo aumentado cuando me dí cuenta que era el último día práctico de mis vacaciones.
Al otro día salí muy temprano y viajé en tren todo el día de vuelta a Antibes. Cené con mi amigo muy a gusto y sabroso. Fue un buen cierre.
El vuelo de regreso fue x, ya con la adrenalina baja, uno viaja en automático.
nomás aquí envidiándote
Que cosa tan bonita!
Que padre que hayas disfrutado el viaje, y ¿nos trajiste algo?
I: ¿Pero de que tipo de envidia es?
(Digo, para ver si no hay bronca…)
Yuni: mmmhh, este… si… se debió de haber quedado al fondo de la maleta… deja busco…
Sigan Gozando!