Nueve de Doce

enero 28, 2015

La semana pasada, cuando supe que venía al DF por unos cuantos días, empece a organizar algunas visitas que he tenido pendientes desde que me fui a León. Como por ejemplo una comida con mis antiguos compañeros del Banco.

Ya antes me habían tirado la cantaleta de «Ay, pero si veniste, por que no avisas y nos vemos, pinche Mau, que antisocial, que poca… etc» chantajitos de ese tipo.

Así que con suficiente tiempo de anticipación avisé que venía, hice un consenso de cuando podía la mayoría, un lugar centríco,  y zas! la cita estuvo armada para el miércoles por la tarde.

El lunes por la tarde, empezaron a llegar mensajitos del estilo «Uy, no se si vaya a poder ir», «Se me está complicando un poco», «¿que tal si mejor lo movemos de día, hora y lugar», etc. Calquiera con un poco de sentido común y experiencia media en pretextos, se hubiera imaginado que la reunión se iba a cancelar, y efectivamente, hoy quedaron todos que lo mejor era otro día que viniera «a ver si coincidiamos».

Me dio algo de coraje y decepción. Finalmente me había organizado alrededor de esta reunión donde una semana antes todos estaban muy apuntados y de repente, *poof* todos tenían algo mas que hacer.

Por el otro lado, hoy tuvimos una cena pequeña con compañeros de mi nuevo trabajo, donde me la pasé muy bien. Comimos rico a costa de los víaticos de quien venía de fuera, bebimos, nos tomamos selfies, y se discutieron cosas de importancia como las caractéristicas que debe tener la foto de perfil en Tinder para que funcione correctamente.

Meh. Iba aponer una reflexión acerca de que probablemente estos nuevos compañeros también me dejarían plantado una vez que el trabajo no nos una, y de lo fugaces que son la mayoría de las amistades de oficina, (Creo que en mis amigos salidos de la vida laboral los cuento con los dedos de una mano), pero no lo voy a hacer…

En otras noticias, estoy muy intrigado de ver como funciona Tinder la semana siguiente que viaje a Colombia.

Faltan 53 días para la primavera.

2 respuestas a “Nueve de Doce”

  1. Mario dice:

    Ni siquiera saben chantajear bien.
    Ejem, ejem. Pinche Mau, cuando vengas al DF no organices comidas con los de la oficina. Los del ex-Club de Star wars, Ex-HJC, no plantamos. Como si tuviera una vida social para tener el pretexto de tener algo mas importante que hacer.

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