Me hubiera gustado darme una vuelta por la presa Hoover y tomar el Tour, pero el tiempo no es suficiente así que en mi ñoñez guglié «Museos en las Vegas».
(Pausa para que el lector haga cara de: «¿Museos? ¿Las Vegas? ¡No mames Mau!«)
En el museo del Neón se dedicaron a rescatar todos los anuncios de Neón de las diferentes épocas que ha visto la ciudad y montar una exposición épica de cultura pop gringa del siglo XX.
El único problema es que acaban de cerrar el museo para remodelación y lo reabrirán hasta Verano del 2010.

Me visualizé en un bunker semi enterrado, balbuceando «Now I am become Death, the destroyer of worlds», mientras turistas japoneses me tiraban de a loco.
El único problema es que de acuerdo a la página oficial del sitio, para poder ir a uno de estos tours, entre otras condiciones te piden no llevar chanclas ni chores, no llevar cámara, teléfono, computadora, armas, telescopios, binoculares y además hay que hacer reservación con algunos meses de anticipación, para que verifiquen tus antecedentes penales y que no debas películas en el Blockbuster.
De hecho todas las visitas hasta junio, estan agotadas.
Así pues, habiendo agotado las opciones culturales de Las Vegas, no me quedará otra que entregarme al vicio, al juego y acabar como Nicholas Cage.

Lo mas importante, de emular a Cage en «Dejando Las Vegas» es conseguir que una mujer se vacie la botella de vodka encima mientras uno anda por ahi dando de lenguetazos.
Y luego visita a la chapel para que te case mmm no sé, Chewie?
Que bueno que el destino evitó que desperdiciaras una visita al «templo de la perdición» viendo anuncios viejos o arena radiactiva.
Recuerda que lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas… excepto una enfermedad venerea, esa si se va contigo.